El pulso PSOE-PP por el 23-J emponzoña la presidencia española de la Unión Europea

A pesar de que la presidencia del Consejo de la Unión carece, a priori, de inclinaciones políticas y se proyecta como una cuestión de Estado, el semestre español ha encendido la batalla política entre el Partido Popular Europeo (PPE) y el grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D). Una pugna que extiende como una mancha de aceite sobre el delicado mantel comunitario la pugna entre un Sánchez que cultiva su perfil internacional por contraste con una oposición a la que acusa de erosionar los intereses españoles por la vía de criticarle a él y un Feijóo que ha aprovechado la plataforma europea para denunciar las políticas del presidente.

Con este caldo de cultivo y bajo la presión electoral, la jefa de filas de los socialdemócratas, la española Iratxe García, afeó la semana pasada al PPE «el daño» que hace, a su juicio, «al país y al conjunto de la sociedad española» después de que los populares pidieran a la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, que eliminara su visita a Madrid, prevista para finales de este mes.

«Deberían entender que la presidencia española se va a celebrar con su colaboración o no (...). Es dramático que un partido que se llama de Estado ejerza de oposición de su propio país», apuntó García. El líder de los populares europeos, Manfred Weber, también exigió a Metsola, a través de una inusual carta, que aplazara la intervención de Sánchez ante el Parlamento Europeo para que no coincidiera con la campaña electoral. Buscaba, argumentó, «reforzar a legitimidad» de la presidencia española y alejarla de «batallas políticas nacionales».

La misiva enfadó a la Moncloa, que acusó a Weber de «embarrar» el proceso, después de que el propio presidente Sánchez tomara y comunicara de forma informal a la Eurocámara su decisión de aplazar el discurso sobre las prioridades del semestre español. Por su parte y en respuesta a Weber, Iratxe García incidió en que los populares quieren «torpedear» la presidencia española de la UE.

Por de pronto, el adelanto electoral ya ha obligado a modificar el calendario previsto. Esta semana, la Eurocámara ha aplazado sin fecha el viaje de Metsola y los presidentes de los grupos políticos a España, programado para finales de este mes y que tenía como objetivo discutir las prioridades de la presidencia rotatoria. También se ha retrasado a septiembre la intervención de Sánchez ante el pleno, prevista para el 13 de julio, a fin de que sea el próximo presidente quien comparezca ante el Parlamento Europeo.

Otra de las fechas clave, la visita de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen y del Colegio de Comisarios a Madrid, se ha adelantado al 3 de julio para que no coincida con el inicio de la campaña electoral el día de San Fermín. Se mantiene, con todo, la cumbre UE-CELAC en Bruselas, que busca dar un nuevo impulso a las relaciones con América Latina y que se celebrará el lunes y martes previos al 23-J.

El presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, asegura tener «confianza total» en la presidencia española: el semestre «está muy bien preparado» por parte de las instituciones nacionales. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell también cree que la campaña electoral «se puede desarrollar sin perjuicio a la presidencia». Este no es un caso único: Francia tuvo elecciones presidenciales durante su semestre, en abril de 2022, e Italia vivió un cambio de Gobierno durante su presidencia en 1996.