Secciones
Servicios
Destacamos
Isabel Díaz Ayuso ha hecho del elogio de la libertad en Madrid uno de los puntales de su campaña, pero en los últimos días las alabanzas han alcanzado cotas impensables. La candidata del PP ha recurrido a ejemplos de lo más variopinto para subrayar que ... la vida «a la madrileña» es única, un mérito, dice, de su estrategia para afrontar la pandemia sin grandes medidas restrictivas en la vida cotidiana.
En el PP defienden «el tono de alegría» que Ayuso ha imprimido a su campaña electoral frente «a la tristeza y la amargura» que, desde su óptica, rezuma la de las fuerzas de izquierda con sus apelaciones a defender una democracia que «no está en peligro».
La presidenta, resumen los populares, hace una campaña «desenfadada» en medio de la crispación reinante. Ayuso recurrió este jueves ese tono desdramatizador para volver a restar importancia al envío de cartas con amenazas de muerte. Ella ha recibido una de las siete que se han hecho públicas. «Voy a pedir que si me mandan algo que me manden lomo embuchado, tomate... Tengo entendido que a (Pablo) Iglesias le van a mandar una Constitución», comentó en una entrevista en la Cope.
La candidata del PP a la reelección sostiene que a pesar de la pandemia y de la alta incidencia acumulada de contagios en Madrid «en la calle la gente está contenta, alegre», a diferencia del plomizo discurso de los candidatos «de una parte de la izquierda» que tiene «mal perder».
Este clima entre los madrileños es fruto, a juicio de Ayuso, a la libertad que se respira. Una libertad, dijo, que te permite «madrugar (sic)» o ir «a misa, de cañas, a los toros o a la última discoteca porque me da la gana».
Otro ejemplo de esa vida «a la madrileña», apuntó en otra entrevista en Onda Cero, es que «puedes cambiar de pareja y no volver a encontrarte a tu ex nunca más por la calle». Es, remató el argumento, «una libertad que no ocurre en todas partes».
Una estrategia electoral que ha provocado comentarios jocosos y estupor entre sus adversarios, pero que parece acertada a tenor del triunfo incontestable del PP que apuntan todas las encuestas para las elecciones del próximo martes.
Ayuso ha abandonado el tono trascendental de la precampaña, cuando decía que lo que estaba en juego era «comunismo o libertad». Ha renunciado a la parte negativa de la disyuntiva para sostener que lo que se va a dilucidar en las urnas es tener o no una libertad de la que ella se considera su principal adalid.
Un discurso simple pero efectivo, a juicio de expertos demoscópicos como Narciso Michavila, presidente de GAD3, o politólogos, como Pablo Simón, porque sobrevuela el debate sobre la gestión de la pandemia o los dos años del gobierno en la comunidad. Unos terrenos en los que Ayuso se ve más comprometida, como se comprobó en el único debate que mantuvieron el pasado 21 de abril los seis candidatos en Telemadrid.
La Junta Electoral Central ha resuelto que «los errores» que se han cometido en la tramitación del voto por correo en Madrid «no tienen influencia» en el resultado que salga de las urnas el 4 de mayo. Respondía así a una consulta del PP sobre la validez de unos tickets con el mensaje de «voto emitido» entregados a personas que no habían utilizado ese servicio. La Junta Electoral dio por buena la explicación de Correos, que atribuyó a un fallo informático la emisión de esos tickets y su entrega a usuarios que no habían votado por correo.
La inquietud del PP también fue compartida Vox, que alegó que achacar a un problema técnico la entrega de comprobantes de voto a personas que no lo habían hecho no es «una justificación admisible».
La Junta Electoral Central, de todas maneras, insta a Correos a que tome medidas para evitar que se sigan emitiendo justificantes de voto erróneos. También pide a la empresa estatal que haga pública una nota explicativa del error cometido e informe a la Junta Electoral de las medidas que ha adoptado para subsanar la situación.
El PP había exigido «transparencia» a Correos para aclarar el caso ante las dudas que habían surgido en las redes sociales, pero desde Vox se deslizaron algunas sospechas. Entre ellas, que el presidente de la empresa pública, Juan Manuel Serrano, fue jefe de gabinete de Pedro Sánchez en el PSOE, y el director de Tecnología y Sistemas de la misma, Enrique Ramírez Palacín, es un amigo cercano al presidente del Gobierno.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.