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ARANTZA FURUNDARENA
Martes, 9 de diciembre 2014, 08:49
Menuda y de rasgos aniñados, Gloria Camila Ortega Mohedano se paseó este fin de semana por el recinto del recién clausurado Salón Internacional del Caballo (Sicab) de Sevilla con un séquito de periodistas tras ella. Es lo que tiene haber nacido famosa. Con una trenza despeinada, vaqueros rotos, botas Dr Martens, algún que otro piercing en orejas y nariz y un colgante en forma de elefante («sí ya sé, tiene la trompa hacia abajo, pero es que yo creía que daba suerte»), la hija de Ortega Cano posó junto a los magníficos caballos de pura raza española, se fotografió con un lince y hasta con una boa constrictor al cuello. Y todo, sin perder la sonrisa. «No me gusta ir de víctima», declaró más tarde a la prensa.
A sus 18 años (cumplirá 19 en febrero), Gloria ha heredado un millón de euros pero también un millón de sinsabores: su madre adoptiva falleció víctima de un cáncer, su padre adoptivo está en la cárcel y su hermano biológico, en un psiquiátrico donde trata de superar su adicción a las drogas y a la delincuencia. La vida le ha hecho madurar a golpes a esta jovencita de origen colombiano que hoy estudia diseño de moda y sueña con ver su propia marca desfilando en una pasarela. «También quisiera tener algún día mi propia familia y vivir en el campo, rodeada de animales. Yerbabuena era como un zoo, teníamos avestruces y hasta un cerdo vietnamita».
Recuerdos de Rocío Jurado
Sin entrar en detalles escabrosos («me han ofrecido mucho dinero y me he negado»), Gloria accedió el sábado en Sevilla a un encuentro informal con la prensa y confesó que ha llorado mucho. «Pero lo mío es llorar en silencio, nunca en público. Yo ahogo mis penas conmigo misma». De su madre, la gran Rocío Jurado, recuerda «que se ponía a cantar en casa a capela. Ahora tengo hipersensibilidad cuando escucho sus canciones. Mi favorita es Señora». Pero su ojito derecho siempre ha sido su padre, el torero Ortega Cano. «Tenemos los dos un feeling especial. Él es mi principal apoyo, esté donde esté». El diestro cumple condena en la prisión de Zuera como responsable de la muerte de un hombre en accidente de tráfico. «Yo lo veo fuerte -explica su hija-. Para mí es un ejemplo a seguir, un ser único. Ojalá salga pronto». Gloria también mantiene buena relación con Ana María Aldón, la novia de su padre. «Hemos hecho piña», dice. Y se deshace en elogios hacia su hermanito José María, de 20 meses. Igual que hacia su hermano mayor, José Fernando, de 21 años. «Le está echando muchas ganas y creo que lo está superando. Él es muy buen niño y tiene un corazón enorme. Habría que conocerlo antes de juzgarlo», advierte esta adolescente convertida a su pesar en la portavoz de una familia tan mediática como maltrecha.
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