A Clooney se la arman con su peluquero

En el libro escrito por Maëlle Brun y Amelle Zaïd se desvela el supuesto deseo oculto de Clooney: convertirse en presidente de la Casa Blanca. Un sueño que iniciaría en 2018, dando el pistoletazo de salida a su carrera política. Ese mismo año la obra vería la luz, aunque ya va calentando motores. Según las malas lenguas, se tendría que ver las caras con su colega de profesión Arnold Schwarzenegger, quien ya fue senador de California y que también tendría grandes aspiraciones.

Para las autoras, la mejor película que ha interpretado hasta el momento el actor es su propia vida y su matrimonio con Amal Alamuddin, la atractiva abogada, 17 años menor que él, con la que está casado desde 2014. Y que se convertiría en la perfecta primera dama estadounidense, al más puro estilo Jacqueline Kennedy: atractiva, estilosa y muy elegante. «George sueña con ser presidente de los Estados Unidos y se está construyendo un currículum perfecto para realizar su sueño. El matrimonio con Amal Clooney es parte de esta estrategia, poner a la sombra sus relaciones homosexuales. Sin ir más lejos, la que mantiene con el estilista Waldo Sánchez», reza la biografía.

20 años juntos

Como diría José Luis Perales: '¿Cómo es él y en qué lugar se enamoró de ti?'. Waldo Sánchez es su peluquero personal, el hombre que lleva más de veinte años poniendo a raya el tupé del actor. El estilista le acompaña a todos los rodajes: 'Ave, César', 'Gravity' o 'Los descendientes', aunque los paparazzi nunca han conseguido inmortalizarlos juntos. Maëlle Brun y Amelle Zaïd defienden que este sería el verdadero amor del, hasta hace bien poco, soltero de oro. Ambos comparten su afición por las motos grandes y el baloncesto. «Se parecen mucho», dijo un amigo de Sánchez.

No es la primera vez que se cuestiona la orientación sexual del actor, los rumores le llevan persiguiendo desde hace años. Su fama de seductor consumado y el hecho de que no se casase hasta los 53 tampoco le han ayudado. Aunque él con sus continuas y jóvenes conquistas intentase quitarse la etiqueta de encima. En una ocasión, con retranca, él mismo aseguró «soy gay, gay, gay». Por partida triple. Si es así, que se fije en Ricky Martín, quien también salió en 2010 del armario por la puerta grande. «Acepto como un regalo mi homosexualidad», dijo entonces. Ahora es feliz.