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ARANTZA FURUNDARENA
Lunes, 22 de agosto 2016, 09:33
He aquí a una mujer que no es que pretenda ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro... Es que ella quiere ser además el toro que mató a Manolete. Para lo bueno y para lo ... malo, en la salud y en la enfermedad, el ego de Mariló siempre se da por aludido y está dispuesto a proclamar: «He sido yo». Suelen decir los psicólogos que hablar mal de uno mismo, ponerse a caer de un burro, no es sino otra forma de vanidad. Pero ya lo de autoinculparse por una multa de tráfico que nadie le ha puesto rompe todas las barreras. Y es justo lo que ha hecho Mariló Montero en tierras gaditanas. Se plantó en una comisaría para denunciar a su ciudadana favorita: ella. Si esto, como lo del Ecce Homo, llegara algún día a ser opereta, el título podría ser '¡Agente, múlteme usted!', dado que 'La honradez siempre recompensada en España' ya está cogido.
Todo empezó con una exclusiva publicada en la revista 'Corazón TVE' bajo el título: «Mariló Montero, sin casco y a lo loco». En las imágenes del reportaje se aprecia a la famosa presentadora vestida de rojo y circulando en una vespa por una calle empedrada con la cabeza totalmente descubierta, su larga y espesa cabellera al viento y el manillar de la moto repleto de bolsas. ¿Otra 'marilolada'? No exactamente. La publicación deja claro que una cosa es meter la pata en la tele y otra muy distinta (y mucho más peligrosa) cometer una infracción. Sobre todo, viniendo de alguien que en 2013 participó en una campaña de la DGT para promover la seguridad vial. Alguien que además, como es el caso de Mariló, perdió a su padre, a su hermano y a su mejor amiga en accidentes de coche y que está muy sensibilizada con el problema. «Los vehículos son armas», ha llegado a afirmar.
Bien es verdad que nadie (y menos alguien capaz de preguntar ¿Quién es QEPD?) es perfecto y que un fallo lo puede cometer cualquiera... Pero Mariló tiene un agravante. Y es que no pasa desapercibida ni cuando sale un minuto a por perejil. Así que la cazaron 'in fraganti'. Existe un documento gráfico de su infracción y lo ha visto toda España. Esa era la noticia. Hasta que la agencia Efe difundió ayer otra más rocambolesca todavía... Y es que Montero (¿a sabiendas quizá de que la habían fotografiado?) se presentó el 5 de agosto (mucho antes de publicarse esas fotos) en una comisaría de Sanlúcar de Barrameda y se denunció a sí misma, en plan: «¿Qué le debo por haber conducido un ciclomotor sin casco?». Le cobraron 100 euros de multa que abonó encantada. Quizá para tapar algunas bocas, para ahorrarse un futuro recargo o para serenar su conciencia de huérfana del asfalto.
Ni qué decir tiene que la autodenuncia de la presentadora (auténtica «diana social», como ella misma se define) ha generado todo tipo de 'memes' en las redes. «Mariló Montero se acusa del asesinato de Kennedy», dice uno. «Oliver Stone revisará 'JFK' después de la última inculpación en el caso», sostiene otro... Desde que el 30 de junio dejó las mañanas de TVE para irse a «cazar sueños», la de Estella no para de cazar pesadillas. Estrenó sus vacaciones poniéndole una denuncia a Pablo Iglesias ante el Instituto de la Mujer por haber escrito sobre ella «la azotaría hasta que sangrase». Mensaje que, desde luego, da cuenta del gran espíritu igualitario, progresista y antimachista del líder de Podemos...
Acostumbrada como está a esquivar dardos envenenados, ahora nadie podrá acusar a Mariló de no pagar sus errores o de ser poco autocrítica. Pero ella sabe que, haga lo que haga, seguirán lloviéndole palos. Y hasta lo justifica: «Cuando un martillo da es porque un clavo sobresale».
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