Hitler también fue fan: le encandiló la bailarina Lola Montes

No nos cansamos de bucear en la increíble vida de la bailarina Lola Montes, desmenuzada y contada encantadoramente por Cristina Morató en "Divina Lola" (Plaza y Janés). Montes era una joven bellísima, la comparaban con una virgen de Boticelli, pero todo lo que tenía de guapa lo tenía de mentirosa: aunque se decía española y Lola, en realidad se llamaba Elisabeth Rosana Gilbert y era una irlandesa obsesionada por vivir su propia libertad. Su ambición, su descaro y sus increíbles ojos azules la llevaron lejos: recorrió todos los escenarios de Europa, hizo las Américas, llegó a Australia y, con 24 años, en 1846, enamoró al rey Luis I de Baviera.

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