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Arantza Furundarena
Domingo, 20 de febrero 2022, 00:17
Muchos de los actores y actrices que han ganado un Goya se han formado con esta maestra de interpretación que milita en lo que ella denomina «el humanismo». Viuda de un actor desaparecido en la dictadura argentina y madre de Juan Diego Botto, Cristina Rota (La Plata, 1945) dirige ahora a sus hijas María Botto y Nur Levi en 'Van pasando mujeres', un homenaje a Alfonsina Storni en la Sala Mirador de Madrid. «Alfonsina además de escritora y feminista fue una periodista valiente –recalca–. Y es lo que necesitamos en el mundo, valentía».
–¿Entiende que se suicidara?
–Hombre, era lógico. A ella le habían diagnosticado cáncer terminal. Defendió la dignidad del ser humano y su derecho a elegir la forma de morir. No quería acabar en una cama de hospital dando pena.
–Me da que a usted lo de dar pena tampoco le va.
–No. El victimismo lo uno al narcisismo, que produce mucho dolor pero por mirarse demasiado a sí mismo y no al otro. Yo es algo que desprecio.
–Dicen que no hay que mezclar la familia y el trabajo, pero en su caso parece que funciona.
–Yo qué sé, se mezclaron solos. Porque yo era una madre sola con tres hijos. Me veían a mí supongo que muy feliz y apasionada y al final transmití esas ganas de aprender. Cuando trabajamos juntos nunca siento que son mis hijos. Solo cuando termina el proceso viene el momento de admirarles. En muchas cosas me superan, como debe ser.
–¿Se nace con talento interpretativo?
–No. Tú eso lo desarrollas. Yo creo en el trabajo, trabajo, trabajo.
–Sin embargo, hay sagas de actores. Mire Javier Bardem...
–Eso no se hereda. Es la educación que recibió y la vida que vivió. Eso lo lleva él porque lo ha aprendido de su madre, de su vida... Y es quien es por convicciones. Porque no se puede ser actor o actriz sin tener ideología.
–¿Una ideología concreta, hay que ser de izquierdas?
–No, no. Me refiero a tener convicciones. Pero lo lógico en un artista es que intente por lo menos revelar verdades. Y que empatice y vea el dolor y trate de revelar conflictos del alma humana. Llámese izquierda... Bueno, llámelo humanismo y lo entenderemos mejor.
–¿Le gustó la última ceremonia de los Goya?
–No la vi. Y seré franca, creo que un premio te gratifica y a todos nos viene muy bien. Pero no creo que el que gane sea el mejor, simplemente es el más visible.
–¿Ha visto 'Maixabel'?
–Sí, los actores sostienen maravillosamente esa película.
–¿Y comparte lo de perdonar e incluso hablar con el asesino de su marido?
–Bueno, es que hay casos y casos. Puedes hablar con el que ha torturado y matado si el otro se arrepiente y te pide perdón. Si no, no puedes. Y Videla, el dictador, no solo no se arrepintió sino que en la cárcel se reafirmó escribiendo que lo volvería a hacer. O sea, que Dios le había dado la razón. Se parangoneaba con Dios. A ese yo no le puedo perdonar. Que le perdone Dios, pero yo no.
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