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Pilar Vidal
Madrid
Miércoles, 15 de abril 2020, 00:24
«Necesito curarme. Hasta pronto», así se despedía temporalmente Amaia Montero (Irún, 43 años) no sabemos si de la música o de sus 162.000 seguidores de Instagram. El enigmático mensaje tiene doble lectura, según se mire. El pasado mes aplazó un encuentro con sus ... fans en el que iba a mostrarles algunas canciones nuevas, disculpándose por no encontrarse bien físicamente. Y este pasado lunes se enzarzó en una polémica con sus seguidores a través de Ias redes sociales porque no habían entendido la fotografía de ella posando con su perro, Pop, que falleció el pasado verano, y que había subido a modo de felicitación por el día internacional del beso.
Una seguidora le recriminó que no subiera fotos nuevas desconociendo el triste desenlace de la mascota, pero Amaia no se pudo reprimir y le contestó: «Me gustaría tener la libertad de colgar las fotos que me dé la gana sean antiguas o actuales y si no te gustan, ya sabes...». Esta reacción avivó aún más la polémica hasta el punto de que Amaia quiso zanjarla explicando el porqué de su tristeza. «No... Realmente no entiendes cómo me siento... No lo sabes... Para eso tendrías que haber estado y estar en mis zapatos... Sé que no lo hizo con mala intención, pero probablemente el comentario que ha puesto es el último que yo hubiera escrito... Como he dicho... Todo tiene un porqué... he sufrido muchísimo. Lo último que necesito es más presión... Sé que me queréis y que levantáis los brazos siempre por mí. Lo tengo clarísimo. Al igual que yo por vosotros. Ahora solo necesito curarme y componer con tranquilidad y sin presiones mi nuevo disco».
Sus fans han respondido a la llamada de socorro bajo la etiqueta #enloszapatosdeamaia en la que le han dejado mensajes de apoyo como el de una seguidora que le escribió: «Qué más da las fotos, qué más da tu físico, lo importante es que estás y que sigas escribiendo canciones que curan el alma».
Montero ha protagonizado grandes polémicas en las redes sociales. En 2018 atizó a Malú un «me ha llamado gorda y punto», respondiendo así a las críticas que esta le había hecho por su físico. Y la más reciente el pasado 24 de febrero cuando subió una imagen suya en un barco sosteniendo un pez mientras sonreía. La acusaron de estar fomentando la «violencia» contra los animales.
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