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Arantza furundarena
Viernes, 26 de agosto 2022, 00:15
Lucía Rivera ha escrito una 'Carta al padre' que ni la de Kafka. Toda una antología del reproche destinada al padre biológico porque con el adoptivo, Cayetano Rivera, por lo visto se lleva bien. La carta que Franz Kafka dedicó a su progenitor y terminó convertida en libro comienza con un: «Querido padre». La de Lucía Rivera ni eso. Está encabezada por un misterioso: «Querido X». Y a partir de ahí, todo lo demás: elucubraciones sobre el autor de sus días, insinuaciones que dan a entender que nunca le ha permitido acercarse a él e incluso la descarnada confesión de que en el colegio llegó a sufrir 'bullying' por su condición de niña adoptada.
«Querido padre: Hace poco tiempo me preguntaste por qué te tengo tanto miedo...». Así arranca la extensa carta de desahogo que Kafka escribió de su puño y letra a su padre con la esperanza de que su madre se la entregara al destinatario, algo que nunca ocurrió. El escritor murió hace casi cien años sin llegar a intuir siquiera lo que algún día serían las redes sociales.
Como integrante de la generación Z, Lucía Rivera no ha tenido que entregarle la carta a su progenitora, la modelo Blanca Romero. Le ha bastado con ser la primera invitada al 'Club de Cartas', newsletter online creado por su amiga influencer Estefanía Ruiz, para hacer públicas algunas epístolas de famosos a seres queridos que no están presentes.
Lo curioso es que pese a ser famosa desde niña y haber conseguido notoriedad como modelo, influencer y exnovia de Marc Márquez, Lucía Rivera es bastante alérgica a hablar sobre su vida privada. En la carta a su padre biológico, sin embargo, se despacha a gusto. Hasta su amiga Estefanía le ha dado las gracias por abrirse con tanta sinceridad. Lucía le pregunta a su padre «si mis imaginaciones sobre ti serán ciertas», «si te he creado un personaje», «si nuestras manos y piernas seguirán siendo iguales y si cada año que pasa sin saber de ti nos parecemos más o somos más desconocidos que nunca».
No todo son reproches más o menos encubiertos, derivados del profundo dolor que se intuye en cada línea por el abandono y la falta de contacto... A sus casi 24 años, la joven también ha sabido encontrarle un aspecto positivo a la ausencia de su padre: «Has sido un pilar invisible que me ha permitido coger más aire», afirma antes de regresar a los interrogantes: «A veces me pregunto si eres tan sensible como yo, tan romántico y soñador...». La parte más desgarradora de la carta llega con la confesión por parte de Lucía de un aspecto desconocido de su infancia. «Cuando era pequeña –relata– me aterraba la idea de contar que soy adoptada por parte de padre, porque este hecho fue el motivo por el que me hicieron bullying durante muchos años».
El torero Cayetano Rivera adoptó a Lucía cuando se casó con Blanca Romero en 2001 y la niña apenas tenía tres años. La pareja se separó en 2004. Y en 2015, para sorpresa de todos, Blanca subía a sus redes una foto de 1999 en la que aparecen sonrientes ella con Lucía en brazos, cuando era solo un bebé, y el padre de la criatura, un joven muy atractivo y escultural vestido con la camiseta de la selección brasileña.
La asturiana explicó entonces que lo hacía para aclarar de dónde le venía la privilegiada genética a su hija. Pero no desveló el nombre del apuesto galán, que sigue siendo un misterio. Se intuye que ha sido modelo, quizás brasileño, ya que sin duda es hincha de la 'Canarinha', que conoció a Lucía por deseo propio cuando esta tenía 11 años y que no volvió a aparecer... También que, según Blanca, cuando su relación se acabó «se portó como un caballero». Queda por ver si ahora el 'Querido X' también se porta como un caballero y responde a la carta de su hija.
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