Kate, otra princesa de cuento

Kate hizo su aparición estelar este domingo en la BBC, en el canal infantil de la cadena británica, para leer un fragmento del cuento que tan buenos recuerdos le trae. Un libro con moraleja. La duquesa de Cambridge hizo ver, o al menos lo intentó, a los niños que no pasa nada por tener miedo, que es un sentimiento natural y que los pequeños siempre encontrarán el consuelo y protección de sus padres para compartir temores o dudas.

Ni que decir tiene, con esta iniciativa, en la que también han participado estrellas del cine y la música, la duquesa de Cambridge ha subido enteros en su imparable popularidad. Eso sí, ha tenido menor repercusión que su anterior aparición en la televisión, cuando la esposa del príncipe Guillermo sorprendió al aparecer tocando el piano junto al cantante Tom Walker durante un concierto solidario llamado 'Juntos en Navidad', retransmitido la noche del 24 de diciembre.

Kate Middleton no es el único miembro de la realeza que muestra interés por la literatura infantil. Sin ir más lejos, su suegro también leyó un cuento en la BBC en los ochenta. Quizás ahora decida la que está llamada a convertirse algún día en reina de Inglaterra seguir los pasos de otras princesas que decidieron ir un paso más allá y escribir su propio cuento.

La lista es amplia y variada. La alumna aventajada es, sin duda, Sarah Ferguson, que lleva publicados ya veinticinco libros y el verano pasado firmó un contrato con la editorial australiana Serenity Press para el lanzamiento de otros siete. Se estrenó en la escritura con 'Budgie', en 1991. 'Budgie' es un pequeño helicóptero -animado, por supuesto- que va de héroe por la vida. Laurentien de Holanda, esposa del príncipe Constantino, segundo hijo de la princesa -antes reina- Beatriz, se inició en los cuentos en 2007.

Marta Luisa de Noruega también forma parte del club de escritoras con tiara. En 2004, cuando se mudó a Nueva York, escribió 'Por qué los reyes y las reinas no llevan corona', una historia sobre la primera familia real noruega. Su obra pasó sin pena ni gloria, como la de la reina Rania de Jordania, que se inspiró en una escena de su niñez, un intercambio de bocadillos, para crear la historia de amistad entre una niña musulmana y otra occidental. Magdalena de Suecia, que le escribió un cuento a su hija Estela; la princesa Marie-Chantal de Grecia, con su libro de buenos modales para los pequeños de la casa, y Beatrice Borromeo son otras princesas que decidieron estampar su firma en la portada de un libro.