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johana gil
Domingo, 28 de agosto 2022, 00:29
Manuel Diego dice que su rango de edad está entre los 35 y 45 años. Pese a que nació en Madrid, creció en Ávila. Su ... visita a Santa María del Berrocal, el pueblo de su abuela, es obligada todos los veranos. Ella fue quien colocó la semilla de la actuación cuando de niño escuchaba sus historias, pero se dio cuenta «tarde» de que lo quería ser (primero estudió Farmacia). Ha participado en series populares como 'Servir y proteger' y 'Vis a Vis: El Oasis'. Ahora se dedica a ensayar, escribir y entrenar para las sesiones de Jamming, el espectáculo de teatro de improvisación que cumplirá en septiembre su vigésimo aniversario.
6.00 horas. La hora de despertar depende del trabajo: si estoy grabando una serie puede ser temprano, si no a las 8.00 estoy listo para llevar a mi hija al colegio. Algunos días, cuando vamos tarde, desayunamos algo rápido o incluso lo hacemos en el coche. Suelo comer queso de cabra desnatado con avena y plátano. Intento cuidarme para mantener un cuerpo que me permita desarrollar mi profesión. No tanto por estética, que también, sino para tener un alto nivel de expresión corporal.
9.00 horas. El entrenamiento de mi cuerpo y mente se inicia con la meditación. Pretendo que sea algo nada rígido, solo respirar un poco, pensando en nada. Lo hago porque me viene, pero no es algo diario, intento no ponerme obligaciones. Otras veces voy a boxear o al gimnasio. El ejercicio físico es fundamental en mi vida. Últimamente, asisto una o dos horas a gyrotonic, es una disciplina para bailarines que Madonna hizo famosa y que está ganado terreno.
11.00 horas. Soy actor, intérprete, escritor, director y productor. Hay una tendencia a encasillar en una profesión, prefiero decir que soy artista. Mi trabajo transcurre entre obras de teatro, festivales, grabaciones de series o películas, ensayos permanentes o en las sesiones de Jamming. También doy clases en la escuela que tiene el mismo nombre que el espectáculo. Los alumnos son adultos, lo que me parece mejor porque hay compromiso y disciplina. No creo en eso de que «la letra con sangre entra», me gusta hacer las cosas para disfrutar y compartir.
12.15 horas. A los 22 años supe que quería ser actor. Creo que mi pasión surgió cuando tenía 2 o 3 años, recuerdo que mi abuela me contaba historias y yo quedaba encantado. A los 8, fui verdaderamente consciente de lo que me gustaba. Hice mi primera obra de teatro con mi primo y en Nochevieja. Se titulada 'Cuatro corazones con freno y marcha atrás'.
14.00 horas. Aunque quería estudiar Comunicación Audiovisual, en esa época la profesión no parecía muy prometedora, así que mi madre me animo a estudiar Farmacia. Cuando acabé, seguía queriendo hacer Comunicación, entonces compaginé las primeras clases con el teatro. Ya entonces me di de baja del Colegio de Farmacéuticos. De mi primera carrera no queda nada, sólo los recuerdos de las juergas y que en algunas sesiones de improvisación me sirven la anatomía y la química.
15.30 horas. Un amigo se quitó la vida cuando yo tenía 21 años. Aquello fue crucial para mí, marcó un antes y un después. Me pregunté qué quería hacer realmente. Fue un momento para escucharme y hacer cambios. Fue entonces cuando me apunte a la escuela de improvisación.
17.00 horas. La improvisación es dentro y fuera del escenario. Aunque la palabra a veces tiene una connotación peyorativa, es adaptarse a lo que va sucediendo. Intento planificar lo que está en mis manos, lo preparo todo y una vez empieza la escena estoy abierto a lo que venga. En la vida como en el trabajo hay que estar vivo.
20.00 horas. Me gusta leer antes de dormir. Voy a revisar un tratado bastante antiguo sobre teatro, creo que nos vendría bien para renovarnos y, a la vez, tener un punto de vista moderno. Parece contradictorio, pero volver a lo de antes es bueno, había más libertad de expresión y no se repetían patrones. No quiero ser pesimista, pero creo que estamos en un momento de involución del arte.
21.15 horas. No voy al cine. Llevo bastantes meses sin ver películas ni series porque creo que nos están bombardeando con estímulos, aunque hay excepciones. Son producciones muy manufacturadas, donde lo artístico se va perdiendo. Cuando estoy escribiendo proyectos nuevos o creando, quiero tener la cabeza limpia de modelos o formas de hacer. Evito mirar para que no me condicionen de manera involuntaria.
16.30 horas. Llevo casi 20 años con el grupo del profesor Fernando Piernas. Ensayo por mi cuenta y también con el equipo de Jamming. Aunque es más un entrenamiento porque somos como los deportistas, no pueden preparar un partido y nosotros no podemos predecir la improvisación. Se plantean unas dinámicas de construcción narrativa y practicamos la parte actoral.
19.00 horas. Una siesta antes del espectáculo y al escenario. Las sesiones son los viernes y sábados. Todo fluye. El público nos envía a través de un código QR frases, profesiones, refranes, miedos o alguna característica que desean que incluyamos en la historia. Este tipo de teatro es la base de mi estabilidad. No pienso jubilarme, sé que no trabajaré tanto como ahora, pero quiero seguir haciéndolo.
23.00 horas. Al acabar siempre vamos a un bar cercano. Un amigo es el dueño, así que deja abierto para nosotros. Al lugar van otros actores y cómicos que también han terminado sus presentaciones. La mayoría empezamos a actuar en ese bar. Es un momento de ocio para divertirse, relajarse y analizar cómo ha ido la noche.
10.00 horas. Los fines de semana no pongo el despertador. Aprovecho para estar con mi hija y desconectar. Nos gusta pasear por Madrid o ir al 'súper', ella va en el carrito y hacemos la compra.
18.30 horas. Todos los veranos o en días de fiesta vamos al pueblo de mi abuela en Ávila. Allí desaparezco. Solo tres personas saben dónde estoy en caso de que pase algo, pero apago mi celular y me olvido de todo. Nos reunimos con mi grupo de amigos de infancia y sus hijos, hacemos deporte o vamos al río. Somos 'La peña de los hijos del cura'. El nombre surgió cuando teníamos 16 años y nos apuntamos a un campeonato de fútbol, en la inscripción nos preguntaron cómo se llamaba el equipo, y uno de nosotros lanzó ese comentario y así nos quedamos. Por cierto, siempre ganábamos.
22.00 horas. Además de jugar fútbol, me gusta verlo en directo. El campo da una mejor perspectiva y no el circo que se monta y se transmite en televisión. Todo se edulcora en la pantalla, es mejor verlo en persona. Me desagrada que todo sea cada vez más virtual. Apoyo al Real Madrid y el Atlético de Madrid, pero me gusta cualquier equipo que le gane al Barça.
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