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arantza furundarena
Domingo, 19 de junio 2022, 00:09
Amante de la soledad, Marisol Galdón convive en plena Alcarria con dos gatos y una colonia de pajarillos que la visitan cada mañana esperando el desayuno. Mujer culta y creativa, «fuerte y libre», pensó en quitarse la vida, harta de no encontrar trabajo y sufrir estrecheces. Explicó su situación en un vídeo y le salieron algunos bolos. Da conferencias sobre 'bienestar emocional' y publica 'Cumbres tenebrosas', una novela policiaca.
–Pero de escribir no se vive.
–Nooo... Tienes las mismas probabilidades de ganarte la vida escribiendo libros como de que te toque la lotería.
–¿Irse a vivir al campo fue hacer de la necesidad virtud?
–Me compré una casa en la Alcarria en 2001. La vendí en 2014. Y he vuelto. En la ciudad me siento desplazada, el ruido me perturba. A Madrid voy en tren. Mi coche tiene 17 años y no puedo entrar con él en según qué zonas. Cada vez me cuesta más salir del búnker.
–¿Hay que estar en la pomada para encontrar trabajo?
–Cuando vivía en Madrid no me salían más trabajos por ir a más actos. Hoy todos estamos en las redes. Admito cierta torpeza para vender mi moto a la persona adecuada. Por eso sola estoy tan a gusto. La soledad tiene fama de triste y deprimente. Para mí es fortaleza, equilibrio, buen rollo y creatividad.
–¿No echa de menos tener a alguien cerca?
–Soy hija única, sin hijos ni pareja. Cuando murió mi madre, en 2017, me entró vértigo existencial. «Estoy sola en el mundo», pensé. Pero quien teme a la soledad es que no está a gusto consigo mismo. Seguí adelante. Mi conferencia versa sobre cómo mantener encendida tu luz interior a pesar de los apagones externos.
–¿En su caso cómo lo hace?
–Desde que me levanto tengo esa energía interior que me empuja. El problema es qué hacer cuando controlas tu equilibrio interno pero no puedes establecer un equilibrio externo...
–Claro, porque hay que comer.
–Es el gran dilema. No sabía qué hacer. Se me ocurrió grabar un vídeo con mi situación por si alguien podía contratarme. Me entrevistaron y la visibilización fue total.
–¿Ha dado frutos?
–Cosas puntuales. Moderé un debate entre la portavoz del Gobierno y la alcaldesa de La Coruña, dos mujeres espléndidas.
–Creo que la llamaron de 'Supervivientes'
–Sí, pero estaba a punto de teñirme y les dije que no podía hablar. Supongo que notaron poco entusiasmo. Me lo pensé mil veces. Llamé a Carmen Lomana. Cumplo 60 años en agosto y quería saber cómo se está en esa isla sin crema hidratante, y dónde se caga, ja, ja, ja... Pasé una semana sin dormir. No insistieron. Me han propuesto ir a 'Gran Hermano Vip' y no lo vi claro.
–Ha dicho que de petarda le habría ido mejor.
–De ser más frívola, menos pensante, me habría ido mejor. Me habría metido en algunos berenjenales. Pero las mujeres libres no gustamos. Este mundo siente como un perverso placer hundiendo a mujeres fuertes.
–¿Por eso pensó en acabar con su vida?
–Soy muy pragmática. Estaba harta de llamar aquí y allá. ¿Por qué debo intentar que el exterior se interese por mí...? Que le den por saco. ¡Me largo!
–Pero no se largó.
–Llegaron algunas ayudas y esquivé el hoyo de la pobreza.
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