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Nicolás Maduro hace un gesto victorioso en su investidura delante de su mujer, Cilia Flores. Reuters
Maduro anuncia una reforma de la Constitución que sería sometida a una «probable» consulta popular

Maduro anuncia una reforma de la Constitución que sería sometida a una «probable» consulta popular

El presidente de Venezuela emplaza al ejército a «aceitar» los fusiles e insiste en que el país está bajo la amenaza de una intervención extranjera

Jueves, 16 de enero 2025, 17:56

Nicolás Maduro ha anunciado la creación de una comisión que se encargará de reformar la Constitución de Venezuela y someterla a una «probable» consulta popular, que se sumará a las nueve elecciones previstas durante el 2025. Al mismo tiempo alertó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de preparar y «aceitar» los fusiles ante las propuestas de intervención internacional en el país efectuadas por los expresidentes colombianos Álvaro Uribe e Iván Duque. Por otro lado, Estados Unidos, Chile y doce países más han efectuado una declaración conjunta sobre la situación que vive el pueblo venezolano.

Quizás impulsado por la medida adoptada recientemente por su amigo Daniel Ortega en Nicaragua de cambiar la Constitución con el propósito de controlar todo el poder, nombrar a su esposa, Rosario Murillo, «copresidenta» y retirar la nacionalidad nicaragüense a los que considera «traidores de la patria», Maduro firmó el pasado miércoles durante su discurso anual a la nación un documento en el que garantiza la creación de una comisión nacional unitaria e incluyente liderada por Tarek William Saab, fiscal general del país. Su objetivo es reformar la Constitución aprobada en 1999 por Hugo Chávez que, en ese momento, calificó el texto de «perfecto». La reforma constitucional sería sometida a una consulta popular, aunque en su línea Maduro solo dijo que eso sería «más que probable».

Días después de haber tomado posesión de la presidencia de Venezuela sin presentar actas que avalen su victoria en las urnas y bajo la duda de haber cometido fraude en las pasadas elecciones del 28 de julio, Maduro señaló que la intención de reformar la constitución es «ampliar la democracia, definir el perfil de la sociedad y construir la base de la nueva economía». Añadió que la nueva Carta Magna sería poderosa, clara y luminosa.

Un nuevo satélite

En el discurso, bajo el título de «Logros y victorias 2024», el líder chavista dibujó un panorama espléndido de la situación del país, cuyo crecimiento económico fue de más del 9%, mientras que la inflación se situó en el 48% frente al 198% de 2023. Maduro también anunció la apertura del Ministerio de Comercio Exterior, que tendrá como máximo objetivo desarrollar la vocación exportadora de Venezuela, y un nuevo satélite con China para disponer de Internet.

No desperdició la oportunidad para vanagloriarse de los otros logros de su dictadura: «Si tenemos un país en paz es porque hemos derrotado el odio, la intolerancia, el golpismo, el fascismo y esa victoria le pertenece a toda Venezuela, a la Venezuela de bien, a la Venezuela buena. Nosotros hemos consolidado la paz, por ahora y para siempre», manifestó. Y entonces profundizó en su ataque tras insistir en que había derrotado a la violencia terrorista y mercenaria: «Tenemos que mostrar cómo derrotamos la infiltración mercenaria que se pretendió. Yo dije un número, hoy es mayor. Le toca al ministro de Justicia, más de 150 mercenarios de 25 nacionalidades están capturados, están convictos, y prácticamente están todos confesos en manos del Ministerio Público y de la justicia, y colaborando activamente. Están cantando más que Pavarotti. Pretendían llenar de bombas servicios públicos», aseguró sin mostrar prueba alguna.

Y después se fue a por los rivales directos, con nombres y apellidos: «Tomemos en serio las amenazas criminales del narcoparamilitar Álvaro Uribe e Iván Duque, y preparómonos, aceitemos los fusiles porque esta tierra sagrada jamás aceptará la bota insolente de paramilitares extranjeros ni imperialistas».

Uribe había pedido hace unos días, tras la posesión de Maduro, que las Naciones Unidas avalaran una intervención internacional para destronar al líder chavista. En primer lugar, Maduro reaccionó de forma suave declarando que su país solo quería democracia, libertad y reconciliación. Sin embargo, en su discurso a la nación, Maduro fue más desafiante y pidió a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) vigilar las fronteras que limitan con Colombia y Brasil.

Casi al mismo tiempo, 14 países pertenecientes a la OEA alertaron sobre la situación del país venezolano y exigieron que el régimen dictatorial de Maduro restablezca el orden democrático, además de rechazar el acto de juramentación presidencial del líder chavista el pasado 10 de enero «por carecer de legitimidad democrática y pruebas verificables de integridad electoral».

Los países, que todavía están lanzando un grito de apoyo a la oposición venezolana, que se considera ganadora de las elecciones y atacada por un «golpe de Estado», son Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Al mismo tiempo, estos países invitaron a la comunidad internacional a seguir apoyando los esfuerzos diplomáticos políticos «y humanitarios destinados a abordar la crisis multidimensional en Venezuela». Y finalmente, como si desconocieran el poder de Maduro, le pidieron que restableciera el orden democrático «permitiendo una transición pacífica que respete la voluntad del pueblo», y además que liberara a todas las personas «detenidas arbitrariamente».

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