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El régimen de Teherán ha liberado y permitido viajar a Alemania inesperadamente a la activista por los Derechos Humanos germano-iraní Nahid Taghavi, de 70 años, tras más de 1.500 días en prisión, según ha anunciado este lunes su hija Mariam Claren.
«Mi ... madre se encuentra por fin en casa. No hay palabras para describir nuestra alegría», ha señalado Claren en un comunicado, en el que añade que «a la vez lloramos por los cuatro años que nos robaron y el horror que tuvo que vivir en la prisión de Evin».
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Madre e hija posan además juntas en una fotografía difundida por la red social X tras la llegada de la activista a Alemania. Nahid Taghavi fue detenida en octubre de 2020 en Teherán y condenada en agosto de 2021 a diez años y ocho meses de cárcel por «pertenencia a un grupo ilegal» y la difusión de «propaganda contra el régimen» de los ayatolás.
Arquitecta de profesión y con doble nacionalidad alemana e iraní, Taghavi llevaba años luchando por el respeto a los derechos humanos y, sobre todo, los libertades de la mujeres en Irán. Su familia destacó que el pasado septiembre fue liberada de prisión y sometida a arresto domiciliario, que era vigilado con un grillete electrónico en el tobillo. No podía alejarse más de un kilómetro de su hogar para hacer compras.
El caso de Taghavi es un ejemplo de las muchas personas que se encuentran encarceladas en Irán por «ejercer de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión», señala Julia Duchrow, secretaria general de Amnistía Internacional en un comunicado emitido tras la liberación y retorno a Alemania de la conocida activista.
«Exigimos a las autoridades estatales iraníes que respeten el derecho a la libertad de expresión y asamblea y que acaben con las detenciones arbitrarias y las torturas en el país», añade la nota de Amnistía Internacional, que exige igualmente «la abolición inmediata de la pena de muerte y que no se practiquen más ejecuciones».
Añade que para lograr ese objetivo son necesarias mayores presiones por parte del «Gobierno federal alemán y la comunidad internacional». Mariam Claren llevaba años luchando por la liberación de su madre, a la que consideraba víctima de las tensiones entre los gobiernos de Berlín y Teherán. Ambas, madre e hija, quieren presionar ahora a los gobiernos occidentales para que luchen por la liberación de los activistas de sus países presos en Irán.
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