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Rafael M. Mañueco
Corresposal en Moscú
Miércoles, 15 de junio 2022, 19:06
Las milicias separatistas de la autoproclamada República Popular de Lugansk (LNR) acusaron este miércoles a las tropas ucranianas defensoras de la planta química Azot, en Severodonetsk, de haber «reventado» la evacuación de civiles de del interior de la factoría. El martes, el Ministerio de Defensa ruso anunció la apertura de una corredor humanitario entre las 8:00 y las 20:00 horas para evacuar a los civiles del complejo Azot y facilitar la rendición de las fuerzas ucranianas allí atrincheradas.
Sin embargo, durante la jornada nadie se ha rendido y el corredor humanitario ha sido utilizado únicamente por un hombre de 74 años. Esas son las informaciones del jefe de la guarnición de la milicia rebelde de Lugansk, Alexánder Nikishin, citado por las agencias rusas. «Esta mañana, hacia las siete, un abuelo de 74 años salió de allí, salió solo. Nadie nos avisó de antemano», afirmó Nikishin.
Ya por la tarde, las fuerzas separatistas aseguraron que el intento de evacuación «lo han reventado» los militares ucranianos. De esta forma, la situación se asemeja cada vez más a la vivida en la acería Azovstal de Mariúpol, un bastión casi inexpugnable que las tropas rusas y separatistas tardaron dos meses y medio en reducir.
El alcalde de Severodonetsk, Alexánder Striuk, por su parte, declaró que «los rusos están tratando de tomar la ciudad desde varias direcciones. Teniendo en cuenta que los puentes han sido volados, el enemigo cree que está presionando psicológicamente a nuestros soldados (...) pero continuamos defendiendo la ciudad y manteniendo la línea de defensa».
A la pregunta sobre si las unidades que, junto con los civiles, se encuentran en Azot han sido ya sitiados debido a la voladura de los tres puentes, Striuk respondió que «la destrucción de los puentes ha complicado la situación y la vías de escape son muy peligrosas, pero las hay, no están bloqueados completamente».
Según el alcalde, ahora están haciendo todo lo posible para establecer la logística necesaria y «encontrar soluciones más o menos viables». Striuk aseguró que el Ejército ucraniano «controla la zona industrial de Severodonetsk y el perímetro que posibilita la conexión con Lisichansk», la ciudad vecina situada un poco más al suroeste, al otro lado de río Severski Donets. Se estima que en los sótanos de Azot hay unos 500 civiles y 400 militares ucranianos.
El regidor insistió en que «los combates siguen todavía en el centro de la ciudad (...) se trata de una situación cambiante, con éxitos parciales e incluso a veces con desperdicios tácticos». Severodonetsk y Lisichansk son las dos últimas localidades que las tropas ucranianas defienden en la región de Lugansk. El resto del enclave se encuentra ya en manos de los separatistas prorrusos y las fuerzas enviadas en su ayuda por Moscú.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió el martes por la noche a sus tropas «aguantar» al máximo en Severodonetsk. Según sus palabras, «es vital permanecer en Donbass (...) la defensa de la región es esencial para hacer una estimación sobre quién dominará en las próximas semanas» en el campo de batalla.
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