EE UU será el mediador en Arabia Saudí entre Rusia y Ucrania, que se sentarán en salas vecinas

El modelo revela que existen enormes heridas abiertas. Duelen los miles de muertos que abonan el campo de batalla y molestan las muestras de soberbia en medio de la tragedia. Un portal oficial de Moscú inició este viernes mismo una operación de guerra psicológica con su rival y publicó una lista de 900 poblaciones en el Donbás donde los rusos podrán comprar una vivienda a partir del 1 de abril con una hipoteca del Gobierno.

Las dificultades lastran el proceso e impiden un cara a cara, pero eso no importuna al presidente Donald Trump, que publicó este viernes un mensaje donde predijo que el alto el fuego definitivo llegará «muy pronto». Añadió que también está a punto de firmar con Ucrania el acuerdo sobre las tierras raras. La Casa Blanca confirmó luego que «todo» discurre por el «buen camino», pese a la evidente complicación que está suponiendo completar simplemente el primer paso: una tregua energética que ha sido infringida al menos en cinco ocasiones entre el miércoles y el viernes, algo de lo que Kiev y Moscú se culpan mutuamente.

Una diplomacia de pasillo, nunca mejor dicho, parecida a esta se aplicó hace apenas dos semanas y terminó con el suficiente acuerdo para encarrilar la tregua y el canje de prisioneros realizado esta semana. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, confirmó este viernes que su Gobierno no admite verse con los enviados del país que ha invadido el suyo. Los rusos tampoco tienen esa voluntad. Primero, EE UU hablará con los ucranianos y luego se dirigirá a la sala donde esperan los enviados del Kremlin. «Creo que esa es la estructura del diálogo», aclaró Zelenski. El general Keith Kellogg, mediador de Washington, indicó que esta «diplomacia itinerante» permitirá a los estadounidenses «averiguar donde se encuentra cada uno».

El presidente francés, Emmanuel Macron, trató de frenar el conflicto ucraniano mediante la fórmula de conversaciones paralelas entre Putin y Zelenski en 2022, sin éxito alguno. En cambio, el acuerdo para sacar adelante el comercio de grano pese a la guerra sí fructificó ese año con reuniones vecinas y la ONU y Turquía en el papel de mediadores. La novedad en Riad estriba en que las dos delegaciones estarán separadas por escasos metros, ya que hasta ahora lo más habitual ha sido entablar contactos en momentos y lugares diferentes.

Lo que suceda en la ciudad árabe de Riad está envuelto en un mutismo total. El lunes la reunión será oficialmente «técnica», entre expertos, pero es muy posible que haya encuentros de más alto nivel entre los Gobiernos de Estados Unidos y Rusia. Está prevista la presencia del secretario de Estado Marco Rubio y del enviado personal de Trump, Steve Witkoff.

Con el trasfondo de un posible intercambio de posturas en torno a las regiones ocupadas de Ucrania -donde ni uno ni otro bando están dispuestos a hacer cesiones-, la agenda busca consolidar la fragilísima tregua energética y la posibilidad de hacer callar las armas en el mar Negro para recuperar el tráfico marítimo, en una especie de escalera que termine en el alto el fuego total.

Los síntomas últimos no son buenos. Rusia bombardeó este viernes con 244 drones varias ciudades ucranianas y especialmente Odesa, que vivió una madrugada de ruido y fuego. Hubo seis heridos, un centro comercial y un edificio residencial de gran altura ardieron por completo y decenas de viviendas quedaron arrasadas.

La Inteligencia ucraniana informó de la muerte de dos oficiales rusos cuyo coche explotó en una calle de la región ocupada de Jersón, posiblemente en un atentado. Rusia denunció además que Kiev violó el protocolo de la tregua tras producirse una gran explosión en una instalación de gas cercana a la frontera, perteneciente al gasoducto que antes del 1 de enero alimentaba a parte de Europa. El Gobierno de Zelenski replicó que se trató de una acción de bandera planificada por el Kremlin para hacer ver ante la escena internacional que Ucrania incumple la tregua. El clima bélico no acompaña en Riad.