Un republicano enfermo obliga al Congreso de EE UU a usar mascarilla

Pelosi explicó que los representantes solo podrán quitarse este elemento cuando sea su turno de palabra, pero el resto del tiempo que permanezcan en la sala deberán llevarlo puesto bajo amenaza de expulsión. La dirigente demócrata confió en que todos los congresistas cumplan esta norma «como una muestra de respeto para la salud, seguridad y bienestar de todos los presentes en la Cámara y sus alrededores».

Durante los últimos dos meses, hasta siete políticos del Congreso han dado positivo en la prueba del virus. Sin embargo, la orden llega ahora, cuando la mayoría de la actividad es presencial y, sobre todo, el país asiste a un agravamiento de la pandemia. El propio Washington se ha blindado frente a otros 27 Estados sometiendo a sus visitantes a cuarentenas cuando llegan a la capital del país. La decisión, además, supone un nuevo revés para el presidente de EE UU y su rechazo persistente al empleo de la mascarilla de manera habitual.

Ha sido un miembro de su partido el desencadenante de esta ordenanza, aunque, eso sí, sin bajar la guardia en sus convicciones. Gohmert insinuó ayer que podría haberse contagiado debido al manejo esporádico de su mascarilla. «No puedo evitar preguntarme si he podido poner algunos gérmenes o algo del virus en la mascarilla y haberlo inhalado, no lo sé», dijo el congresista, que precisamente tenía previsto acompañar en un viaje a Donald Trump, ahora suspendido. Quien si deberá someterse al test será el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, que el martes compareció en el Congreso y estuvo charlando con Gohmert sin que ninguno se protegiera la boca.

La aplicación de la nueva norma coincide, por otra parte, con la muerte del empresario Herman Cain, quien aspiró a la candidatura presidencial republicana en 2012 y era un aliado de Trump. El político murió a causa de las complicaciones derivadas del Covid-19 que le fue diagnosticado el mes pasado después de que asistiese al polémico mitin del presidente en Tulsa (Oklahoma), muy criticado porque muchos asistentes acudieron sin protección alguna.