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Joe Biden, durante un acto electoral. Reuters
El Senado de EE UU acoge la batalla del Supremo

El Senado de EE UU acoge la batalla del Supremo

El proceso para cubrir la vacante de Bader Ginsburg desata una guerra política que amenaza con determinar la carrera electoral

Caroline Conejero

Nueva York

Lunes, 21 de septiembre 2020, 23:25

La repentina muerte de la magistrada Ruth Bader Ginsburg y la vacante de su plaza vitalicia en el Tribunal Supremo estadounidense amenazan con cambiar el guión de la campaña de las presidenciales estadounidenses. La contienda entre Donald Trump y Joe Biden tendrá ahora una de sus principales batallas en el Senado, que deberá determinar si el vacío que deja la emblemática jurista se cubre antes o después de las elecciones del 3 de noviembre.

Trump es partidario de la primera opción y se prepara para nominar esta semana a la sucesora mientras los senadores republicanos tratan de agilizar el procedimiento político para designar al nuevo miembro de la corte más importante del país. Su líder, Mitch McConnell, ya se ha apresurado a anunciar que habrá un proceso de nominación en fechas próximas para no desaprovechar la ocasión de materializar una de las tradicionales aspiraciones republicanas de convertir al gran tribunal en conservador por más de una generación.

McConnell prepara un proceso exprés a pesar de que el proceso habitualmente requiere de tres a cinco meses. Con ello se rompería también la tradición de no elegir a miembros del Supremo en años de presidenciales.

Los republicanos ya cuentan con una mayoría simple en la Corte Suprema, a pesar de que el presidente del tribunal, el juez John Roberts, este año se alineó con la minoría liberal en varias sentencias fundamentales, equilibrando la tendencia. Por tanto, una nueva nominación conservadora rompería el equilibrio ideológico del órgano que interpreta la Constitución, consolidando una tendencia conservadora de 6-3 que podría llevar a cabo una reversión de sentencias fundamentales como la que protege el aborto y los derechos civiles o la financiación del sistema político, entre otras.

El combate del Senado tendrá como grandes protagonistas a algunos republicanos moderados y a los correligionarios de Trump con más vulnerabilidad en campañas de reelección, como los de Estados muy competidos como Colorado (Cory Gardner) y Maine (Susan Collins), con recientes ventajas demócratas.

Tránsfugas

También se incrementa el peso de decisión de Lisa Murkowski, que representa a Alaska y que ha anunciado ya que la nominación debe realizarla el que sea elegido presidente. También podría desertar del bando republicano Mitt Romney, de Utah, aunque mantiene su incógnita. Un bloqueo demócrata en el Senado, de mayoría republicana, requeriría cuatro votos tránsfugas más los 47 demócratas e independientes.

De cualquier manera, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, ya ha anticipado que tiene «flechas» de reserva para bloquear la nominación que realice Donald Trump hasta que haya un nuevo presidente. Las especulaciones incluyen un nuevo 'impeachment' por abuso de poder contra el actual inquilino de la Casa Blanca o el fiscal general William Barr, que en las últimas semanas trata de consolidar el mensaje de que todo el poder judicial reside en el Departamento de Justicia.

El fallecimiento de Ginsburg, un icono progresista que será la primera mujer cuyos restos descansen en el Capitolio –Rosa Parks recibió honores, pero no de cuerpo presente–, ha tenido un efecto motivador entre los demócratas. Durante el fin de semana, la campaña de Biden rompió el récord de recaudación, alcanzando más de 91 millones.

El candidato y el resto de los líderes demócratas han optado por acusar de forma repetida a los republicanos de oportunismo político y de hipocresía, y prometen luchar contra cualquier esfuerzo de acelerar del proceso para cubrir la vacante dejada por Bader Ginsburg.

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