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La ambigua respuesta de Vladímir Putin a la propuesta para decretar una tregua de 30 días en Ucrania no ha aclarado gran cosa. El 'sí, ... pero' que el presidente ruso dio el jueves por la tarde se interpreta en Washington como un avance, pero el propio Donald Trump afirmó que era «incompleto». En su red social, Truth, el mandatario estadounidense informó este viernes de que su emisario, Steve Witkoff, mantuvo «conversaciones muy productivas con el presidente ruso» antes de poner rumbo a Estados Unidos, y aseguró que «hay muchas posibilidades de que esta horrible y sangrienta guerra finalmente llegue a su fin». Pero resultados tangibles todavía no hay ninguno.
Trump quiere firmar un acuerdo para Ucrania a la mayor brevedad posible, pero Putin no tiene prisa. Sus tropas avanzan en el campo de batalla y una pausa podría ser utilizada por Kiev para rearmarse y afianzar sus posiciones, en las que los soldados, exhaustos por la falta de rotación, sufren una creciente escasez de munición.
Es una situación que preocupa al presidente estadounidense. «Miles de tropas ucranianas están completamente rodeadas por el ejército ruso y en una situación muy vulnerable», comentó en referencia a los intensos combates que se libran en la región de Kursk, ocupada por tropas ucranianas el pasado mes de agosto. «He solicitado encarecidamente al presidente Putin que se les perdone la vida. Esta sería una masacre horrible, como no se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial», sentenció.
Desde Moscú, Putin recogió el guante: «Los soldados ucranianos serán tratados con dignidad según las legislaciones internacional y rusa» si se rinden y deponen las armas. Fuentes oficiales ucranianas, sin embargo, desmintieron que la situación sea desesperada. «Es falso que nuestros soldados estén siendo rodeados o que exista esa amenaza», dijeron.
No obstante, Kiev sí reconoció que han tenido que replegarse a «posiciones más favorables» y que Rusia avanza en la zona de Sumy, al norte de Ucrania. «Las acciones del ejército ruso se han intensificado. Por eso, se producirán numerosos bombardeos en las zonas fronterizas», avanzó el responsable del gobierno regional, Volodímir Artyukh.
Ese incremento de las hostilidades rusas parece darle la razón al presidente Volodímir Zelenski, que el jueves no dudó en tachar el discurso de Putin de «manipulador». Este viernes reiteró una vez más que «el mundo está viendo cómo Rusia plantea específicamente condiciones que únicamente complican y retrasan todo, porque Rusia es la única entidad que quiere que la guerra no termine y que la diplomacia fracase». En referencia directa a Putin, denunció que «necesita la guerra» y que «miente sobre la situación en el frente y sobre la coyuntura real de su economía, que ha sido dañada por sus estúpidas ambiciones imperialistas».
A pesar de todo, el presidente ucraniano subrayó que su gobierno sigue abierto «al intercambio de prisioneros y el alto el fuego incondicional de 30 días, los primeros pasos rápidos que pueden acercarnos mucho más a una paz justa y duradera».
Zelenski pidió el jueves que sus aliados incrementen la presión sobre Rusia para obligar a Putin a aceptar la tregua y el G7 respondió este viernes con la amenaza de imponerle nuevas sanciones si no acepta el alto al fuego propuesto. Por su parte, Estados Unidos hizo lo propio dejando que decaiga una excepción temporal que pausaba durante 60 días la aplicación de este castigo a los hidrocarburos rusos. Aprobada en enero, no ha sido renovada y, por lo tanto, las sanciones vuelven a estar vigentes.
«Es muy difícil negociar una paz duradera en medio de una guerra», reconoció el secretario de Estado de la superpotencia americana, Marco Rubio, para quien la tregua es tan esencial como que Ucrania esté de acuerdo con las garantías que se le ofrezcan en un futuro plan de paz. «Ambos tendrán que hacer concesiones, porque esta es una guerra que no tiene solución militar y ni Rusia ni Ucrania pueden lograr todas sus exigencias», indicó.
Preguntado al final de la reunión del G7 por si confía en Putin, Rubio respondió que «eso es irrelevante, porque lo que importa son las acciones que tome» y señaló, molesto, que «esto no es un 'reality show' ni va de la personalidad» de los líderes. Eso sí, también dejó claro que «Ucrania tiene derecho a defenderse» y reconoció que no sabe si la ambigüedad de Putin es una «táctica para retrasar el acuerdo».
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