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Salvador Arroyo
Bruselas
Miércoles, 15 de septiembre 2021, 11:06
Entusiasmo sobre la vacunación. Preocupación profunda por el cambio climático. El reto de afrontar una nueva geopolítica tras la crisis afgana. Y el desempleo que castiga a las nuevas generaciones de europeos. Estos son algunos de los principales soportes del discurso sobre el estado de ... la UE que su presidenta, Ursula von der Leyen, ofreció este miércoles en Estrasburgo con un formato que recordaba a los tiempos prepandemia: en persona y ante un grupo de eurodiputados mucho más numeroso que en el anterior discurso de 2020. En el hemiciclo estuvo incluso la maestra de esgrima y estrella italiana del deporte paralímpico Beatrice Vio, invitada de honor por su ejemplo de superación.
La dirigente alemana realizó un amplio repaso a la agenda. El asunto más fresco, por reciente, fue la necesidad de avanzar en un sistema de Defensa comunitario, al entender que la reconquista de Afganistán por los talibanes y la caótica retirada de Estados Unidos –y, a la postre, de sus aliados– revela la necesidad de que la UE dé pasos en el terreno militar. Eso sí, en ningún momento utilizó la palabra ejército, dadas las reticencias existentes entre los socios sobre cómo se compondría un cuerpo así en la UE, bajo qué tipo de mandato y con qué país al frente. En cambio, apostó por reforzar la colaboración con la OTAN.
Von der Leyen llamó así a la «voluntad política» de los gobiernos en materia defensiva, cuyo debate será el eje de una cumbre monográfica la próxima primavera bajo presidencia francesa. Aprovechó para asegurar que «apoyamos al pueblo afgano» e informar de que se incrementará en cien millones de euros la ayuda humanitaria a este país. También invitó a una reflexión «sobre cómo esta misión ha terminado de manera tan abrupta».
Probablemente, el anuncio más novedoso de su discurso es la intención de crear un 'Erasmus laboral' para relanzar el empleo joven en el continente. La iniciativa, denominada ALMA, sigue la filosofía del conocido programa de intercambio universitario y persigue que los jóvenes europeos sin trabajo ni formación puedan «tener una experiencia laboral temporal en otro Estado miembro» con el fin de «ganar habilidades, crear vínculos y forjar su propia identidad europea», señaló Von der Leyen. La presidenta exclamó que «Europa necesita a su juventud» y la Unión debe ser la encargada de generar «un alma y una visión» que enganche a este colectivo. De momento, 2022 estará considerado el Año Europeo de la Juventud.
Esa fue una de las miradas de la presidenta hacia el futuro, En la retrospectiva, soltó un sonoro «hemos cumplido» como reivindicación de haber vacunado ya al 70% de la población europea. «Contra todas las críticas, Europa está entre los líderes mundiales de la vacunación. Lo ha hecho bien y podemos estar orgullosos» destacaba en una intervención aliñada de autocomplacencia, sin grandes anuncios y con un toque de emotividad que llevó a la defensa de la «Europa con alma». El acto no contó con la presencia del presidente de la Cámara, David Sassoli, «por enfermedad» detectada la noche anterior. Al político italiano se le aplicó el protocolo contra la covid-19, aunque al cierre de esta edición no había sido revelado el motivo de su indisposición.
La alemana reivindicó la gestión del Ejecutivo comunitario de la pandemia. «Seguimos a la ciencia, hemos cumplido ante Europa y el resto del mundo, a la manera europea –subrayó–. Hemos sido los únicos que hemos compartido la mitad de nuestra producción de vacunas con el resto del mundo». En total, 700 millones de dosis a más de 130 países. La líder comunitaria se marcó como prioridad «urgente» acelerar la inmunización a nivel global y anunció que la UE realizará otra donación de 200 millones de dosis hasta mediados del año que viene y una inversión de 50.000 millones en sistemas de prevención para «que ningún virus local vuelva a convertirse en una pandemia».
La transición climática, reivindicando el liderazgo europeo y exigiendo el compromiso y pruebas a países como China, también tuvo su peso en el discurso de Von der Leyen, que recordó la importancia de la próxima cumbre de Glasgow en noviembre. Fue el único apartado donde se mostró más crítica, eso sí, hacia terceros países a los que reclamó una postura menos pasiva y más diligencia en la habilitación de fondos para la mejora medioambiental. Para demostrar el compromiso de la Unión, adelantó que, además de los 21.000 millones de euros que dona anualmente a la lucha contra el calentamiento global, sumará otros 3.400 hasta 2027.
En relación con el gran fondo de 800.000 millones de euros para la recuperación postpandemia, la alemana habló del «gran alcance»de las medidas que se nutrirán de ese paquete de ayudas. «Invertimos en la recuperación a corto plazo y también a largo plazo», manifestó, con alusiones expresas a detalles como la reforma del mercado laboral en España. Habló además sobre la vuelta a las normas fiscales (endeudamiento y déficit) siguiendo la tesis ya conocida: «Lanzaremos una discusión sobre la gobernanza económica en las próximas semanas. El objetivo es construir un consenso sobre el camino a seguir mucho antes de 2023», destacó, al tiempo que reivindicó la carga fiscal extra para las grandes empresas, ya que «deben contribuir con su parte justa».
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