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Los hurtos en el Reino Unido han escalado hasta niveles sin precedentes. Tiendas pequeñas, grandes almacenes y supermercados se enfrentan a más de 20 millones ... de robos anuales, un 25% más que el año anterior y en los últimos tiempos la cifra se ha duplicado. Esto se traduce hoy en 55.000 al día y unas pérdidas anuales de 2.200 millones de libras (al cambio 2.650 millones de euros) en los negocios, según un estudio del British Retal Consortium (BRC), el consorcio del comercio al por menor.
La Policía Metropolitana de Londres califica de «epidemia» esta oleada de hurtos y el Ejecutivo laborista de Keir Starmer ha prometido medidas más contundentes para abordar su incremento. Aunque algunos asocian el aumento de robos al impacto de la alta inflación en los hogares británicos, los minoristas ven detrás del repunte a bandas organizadas que actúan por encargo. Estos grupos criminales atacan sistemáticamente las tiendas de todo el país, llevándose mercancías por valor de miles de euros.
El Gobierno británico empezó a registrar los robos en tiendas como delito específico en 1934. Entonces hubo 12.976. En 1980 superaron por primera vez la barrera de los 200.000 y en 2023 las denuncias por hurto se acercaron al medio millón, en concreto hubo 493.500. Los comerciantes exigen medidas más efectivas.
La ley recoge penas de hasta siete años de cárcel si la mercancía robada supera los 240 euros, aunque normalmente queda suspendida por considerar el pequeño hurto sin violencia como un delito menor. Hay que meter en la ecuación la saturación de las prisiones del país, cuyos niveles críticos de ocupación obligaron a liberar a 5.500 reclusos de forma anticipada el año pasado. Por lo que todo apunta a que las autoridades británicas descartan un castigo penal masivo para estos ladrones.
Más allá del quebranto económico, lo que más preocupa es que muchos de estos delitos van acompañados de violencia. La asociación que agrupa a estos establecimientos denuncia que la situación está «fuera de control». «Los trabajadores están siendo escupidos, sufriendo insultos racistas y viéndose amenazados con machetes», expresa Helen Dickinson, directora del BRC. Las agresiones que también van en aumento. Actualmente se registran 2.000 incidentes violentos cada día, frente a los 1.300 del año anterior y más del triple de los que había en 2020. Especialmente alarmantes son los sucesos con armas por medio, que se han duplicado hasta los 70 diarios.
493.500 robos
en tiendas se registraron en el Reino Unido en 2023, el último año con cifras oficiales. En 1980 se superó por primera vez la barrera de los 200.000. Y en 1934, cuando se tipificó como delito, hubo 12.976.
14% de estos incidentes
acaba en denuncia. Más de la mitad de la población (el 61%) considera que la actuación policial contra esta ola de hurtos es «pobre» o «muy pobre».
80.000 terminales de autopago
funcionan en los comercios británicos, frente a los 53.000 que había un lustro antes. Los expertos y los propios clientes apuntan a estas cajas como uno de los motivos del incremento de los robos.
Sólo el 14% de los casos ha terminado en denuncia y únicamente 5.000 en pena de prisión. La ciudadanía no confía en la respuesta de las autoridades británicas: un 61% de los encuestados considera la actuación policial como «pobre» o «muy pobre». Dickinson argumenta que, con tan poca fe en las fuerzas de seguridad no sorprende que los criminales se sientan con licencia para robar, amenazar, agredir y abusar. Pone sobre la mesa que a menudo no acude una patrulla aunque los responsables de la vigilancia del comercio hayan detenido a un cliente con bienes robados. Algunas tiendas del centro de Londres han optado directamente por colgar carteles para pedir que no se robe, junto a las fotografías de ladrones reincidentes.
También se imputa a los dueños de los comercios parte de la responsabilidad debido al recorte de plantilla aplicado en muchas tiendas, incluido el personal de seguridad, para reducir los costes. Además, se han implantado cajas de autoservicio -en las que el propio cliente pasa y paga su compra- que facilitan la picaresca. El BRC asegura que en el último año gastó 1.800 millones de libras (2.136 millones de euros) en medidas antirrobo, entre las que cita cámaras y vigilantes adicionales, frente a los 1.200 millones (1.424 millones de euros) del ejercicio anterior. El número de puntos de autopago en el Reino Unido ha pasado de 53.000 a 80.000 en el último lustro pero, ante la ola de hurtos, algunas cadenas como Boot's han decidido dar marcha atrás y contratar de nuevo a personas para cobrar a la clientela.
Con todo, los datos reflejan que estas acciones no han tenido por ahora éxito. Más del 40% de los 2.500 encuestados en un estudio online realizado por Fat Joe reconocía haber robado en tiendas, a la par que apuntaba a los terminales de autopago como un elemento facilitador de los hurtos. Archie Norman, presidente de la cadena Marks & Spencer, destaca el perfil de los ladrones -clase media- y describe su forma de pensar: «Esto no se ha escaneado o es muy difícil escanear y soy cliente habitual de este establecimiento. Por tanto, no es culpa mía, me lo deben y me lo llevo«. Y después sale por la puerta con una botella de aceite o una lata de atún sin pagar.
Una mujer anónima de clase media con hijos se justifica en el diario 'The Independent'. Confiesa que el aumento del precio de los alimentos le ha empujado a robar, pero lo hace sobre todo porque sabe que no tendrá que enfrentarse a ninguna consecuencia penal. Además, denuncia los altos beneficios que obtienen las grandes compañías. «Tampoco soy tan mala. Sólo lo hago en una cadena de supermercados, no en cualquier pequeña empresa familiar. Quizás este es mi problema: la codicia de las multinacionales. Quiero algo a cambio. Es mi manera de cogerlo», argumenta.
Los niveles de delincuencia crecientes cuestan a la economía británica hasta 250.000 millones de libras (al cambio 300.000 millones de euros) al año, según un informe que culpa a los recortes que han llevado al colapso de la Policía y de la Justicia penal. El documento elaborado por el grupo de expertos de centroderecha Policy Exchange, impulsado por el exministro del Interior Sajid Javid, sostiene que la «epidemia» de hurtos en tiendas, junto con otros delitos, afecta a las empresas, al sector público y a los particulares, con un coste directo de 170.000 millones de libras (unos 201.000 millones de euros) al año. Es decir, un 6,5% del Producto Interior Bruto (PIB). Además, se estima que el miedo a la delincuencia tiene efectos intangibles en el comportamiento. Y aunque reconoce la dificultad para cuantificarlo, suma el agujero que suponen las medidas que se adoptan para evitar ser víctimas de la delincuencia, como evitar las calles comerciales o aplazar la inversión, podrían llevar la cifra total hasta los 250.000 millones de libras (casi 297.000 millones de euros), el 10% del PIB.
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