El autor del atropello masivo de Mannheim es un enfermo mental que no actuó por motivaciones políticas

Los responsables de la investigación y la Fiscalía de Mannheim consideran que el autor del ataque con un utilitario no actuó por motivaciones políticas y que el hombre sufre algún tipo de trastorno psíquico. El primer ministro de la región, el verde Wingfried Kretschmann subrayó que «el Estado hace lo que puede para proteger a sus ciudadanos», pero que a veces se desata una «terrible tragedia» y el culpable « es simplemente un enfermo».

Alexander S. fue detenido nada más cometer el atropello, tras el que intentó al parecer suicidarse al dispararse en la boca con una pistola de fogueo. Actualmente se encuentra hospitalizado y su pronóstico es reservado. El fiscal superior Romeo Schüssler explicó que el hombre es jardinero, soltero y con problemas psicológicos por los que ha recibido tratamiento reiteradamente.

Oficialmente ha sido acusado de doble asesinato e intento múltiple de asesinato. «Al principio no estaba claro si se trata de un extremista», pero se ha podido concluir que no contaba con «una ideología determinada», señaló el fiscal, quien destacó que entre sus antecedentes figura una agresión física que le llevó a la cárcel hace 10 años, así como ir alcoholizado al volante y difundir en Facebook un mensaje de odio de carácter neonazi por lo que fue multado.

El nuevo atropello masivo de Mannheim es el tercero en menos de tres meses que se registra en Alemania, tras los incidentes de Magdeburgo, en pleno mercado navideño, y de Múnich, a mediados del pasado febrero. El suceso empañó las celebraciones de Carnaval. Las fuerzas de seguridad se encuentran en alerta en todo el país por estas fiestas, donde las aglomeraciones son habituales, con el foco puesto en ciudades como Colonia o Nuremberg después de que en redes sociales se detectaran llamamientos vinculados al Estado Islámico para atentar en actos organizados en sus calles.

La alarma, sin embargo, saltó en la mañana del lunes en una localidad más pequeña, Mannheim, con un censo de unos 320.000 habitantes y la segunda mayor urbe del sureño Estado de Baden-Württemberg tras Stuttgart, la capital de la región. En el centro de la ciudad funciona estos días un gran mercado con puestos y atracciones de feria con motivo de los carnavales.

El autor del ataque se lanzó con su turismo –un Ford negro– contra la gente que se encontraba junto a una parada de tranvía y a las puertas de unos grandes almacenes de la cadena Kaufhof en la céntrica avenida de Planken, una gran calle comercial y peatonal que cruzó a gran velocidad. Fue detenido en el momento por la Policía y hospitalizado por las heridas que se autoinfligió.

La zona fue tomada por las fuerzas de seguridad y los servicios sanitarios, mientras que las autoridades instaron a la población a «permanecer en casa». La alerta fue desactivada por la tarde. El dispositivo que se puso en un primer momento en marcha fue enorme, con policías y agentes especiales para el control de todas las salidas de la ciudad y sus principales calles, mientras que helicópteros sobrevolaban el área.

Los responsables de la Clínica Universitaria de Mannheim aplicaron el plan de emergencias para catástrofes con ocho equipos y quirófanos de cirugía traumatológica, tanto para adultos como infantil, preparados para atender a los heridos. «Todas las operaciones pendientes aplazables se han suspendido», informaron desde el hospital.

El líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y futuro canciller federal, Friedrich Merz, vinculó lo ocurrido con los «terribles» ataques que ha encadenado Alemania. En el atropello perpetrado en febrero por un joven refugiado afgano en Múnich murieron dos personas –una mujer adulta y una niña de 2 años– y más de una treintena sufrió lesiones, mientras que el psiquiatra saudí que embistió con su vehículo a quienes se cruzó en el mercado navideño de Magdeburgo se cobró seis vidas y hubo cientos de heridos.