La diputada francesa drogada por un senador advierte contra «la plaga de la sumisión química»

La diputada fue el 14 de noviembre al apartamento del parlamentario francés Joël Guerriau, al que conoce desde hace 10 años, a celebrar su reelección a la Cámara Alta. «Yo estaba en el salón y él, en la cocina. Me sirvió una copa de champán. Bebí un trago y me di cuenta de que no tenía el mismo gusto que habitualmente. Era dulce. No entendí lo que me pasaba», contó la presunta víctima, que comenzó a sentir palpitaciones tras beber el líquido. Al principio achacó su malestar a que estaba bebiendo en ayunas o a que el champán era de mala calidad.

«Quiso que brindáramos una segunda vez, una tercera vez… y me pareció extraño. Quería sin cesar que brindáramos para que yo bebiera un sorbo. Me decía: 'No bebes nada'», explicó la diputada, que le pidió algo de comer. «Ponía la luz muy fuerte y luego la bajaba. No lo entendía. Los médicos me explicaron que era para activar los efectos de la droga», contó Josso.

Después el sospechoso insistió en servir una segunda copa de champán. Fue a la cocina a buscarla. La política vio como metía «un sobre blanco en un cajón bajo la encimera». «Sentía náuseas. Cuando vi el sobre, me dije: sal, sálvate, te ha drogado», explicó Josso. La diputada encargó entonces un taxi con la ayuda de una aplicación de su teléfono. Guerriau insistió que se quedara para «festejar». La siguió hasta el ascensor, por el patio y hasta el vehículo. «Creí morirme, primero de un ataque al corazón. Creí morirme porque creía que iba a abusar de mí. En el ascensor no me tenía de pie. No sé lo que me dijo entonces. Estaba descolocada. Yo avanzaba. Me concentraba sobre mi objetivo: salir, huir….», relató.

Josso consiguió llegar al taxi y contactó con dos colegas diputados para contarles lo que había pasado y para pedir que la ayudaran. La llevaron al hospital. El test de droga confirmó que había sido drogada contra su voluntad con éxtasis.

El senador niega a través de su abogado haberle suministrado deliberadamente ninguna para abusar de ella. Asegura que todo se debió a «un error» y que la Josso bebió de «la copa equivocada», que contenía una sustancia que había echado para él el día anterior en una copa y había olvidado limpiarla.

«Jöel Guerriau no es un depredador (sexual). No es aficionado a la sumisión química. Es un hombre honesto, respetado y respetable que restablecerá su honor y el de su familia», aseguró su abogado Rémi-Pierre Drai en declaraciones a la prensa francesa.

Guerriau ha sido suspendido del partido Renacimiento y de su grupo parlamentario en el Senado. Fue imputado el pasado viernes por «suministrar a una persona, sin su conocimiento, una sustancia que altera su discernimiento para cometer una violación o una agresión sexual».

El senador, de 66 años, se encuentra desde el viernes bajo control judicial y tiene prohibido acercarse al domicilio de la víctima y tiene prohibido entrar en contacto con ella o con los testigos, según confirmaron fuentes de la Fiscalía de París. El acusado podría ser condenado hasta cinco años de prisión y 75.000 euros de multa si es encontrado culpable.

Guerriau, banquero de profesión, es senador desde 2011 por el departamento de Loira Atlántico. Antes de llegar al Parlamento galo fue alcalde de Saint-Sébastien-sur-Loire, puesto que abandonó en 2017 por la entrada en vigor en Francia de la ley que impide la acumulación de mandatos.