Secciones
Servicios
Destacamos
Riesgo de marea negra. Un petrolero ruso naufragó este domingo tras partirse por la mitad y otro de la misma bandera quedó a la deriva y luego encalló durante una violenta tormenta en el estrecho de Kerch, en el mar Negro, frente a las costas ... de Crimea. Un marinero murió y se teme que cerca de 9.000 toneladas de fueloil y otro tipo de productos petrolíferos acaben en el mar, lo que provocó la activación de una operación de rescate de emergencia, según informaron las autoridades del Kremlin. Las dos embarcaciones, de pequeño tamaño, fueron construidas hace medio siglo y forman parte de la flota rusa opaca que trata de sortear el bloqueo occidental al comercio de hidrocarburos procedente de ese país.
La Agencia Federal de Transporte Marítimo de Moscú confirmó por la tarde que se había producido un vertido de combustible, de alcance todavía por determinar. En la imágenes del siniestro se ve una enorme mancha sobre la superficie y zarandeada por enormes olas. Las agencias rusas hablan también de «error humano» a la hora de afrontar una tormenta así por parte de las tripulaciones.
El petrolero Volgoneft-212 se hundió con 4.300 toneladas de fueloil a bordo. Su estructura no resistió y se partió por la mitad, el punto donde más presión tiene un carguero de este tipo. Uno de sus 13 tripulantes falleció. Los demás fueron rescatados, algunos del mar, informó el Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso. El capitán, que tragó agua con combustible y recibió un fuerte golpe en la espalda, fue hospitalizado junto a uno de los marineros. El navío sufrió el desgarro de su proa, según la agencia de noticias estatal rusa TASS. Es una embarcación construida en 1969 para el tráfico costero e interior y que fue luego modificada en los años noventa para poder llevar más fuel.
15 años
es la vida que las autoridades internacionales dan a un petrolero antes de empezar a ser obsoleto.
27 tripulantes
a bordo entre los dos buques. Uno falleció.
Un segundo petrolero, el Volgoneft-239, transporta una carga similar y también resultó dañado por la misma tormenta. Quedó a la deriva en la zona con 14 tripulantes a bordo. Luego encalló a 80 metros de la costa, cerca del puerto de Taman. Es un navío que salió del astillero en 1973 y que como el Volgoneft-212 fue sometido a la ampliación de su eslora. Las dos embarcaciones son de tamaño pequeño y están diseñadas para el transporte cerca de las costas. Con 15 años de vida, un petrolero es considerado obsoleto por los organismos de control internacionales.
Los dos barcos siniestrados pertenecen a la firma rusa Volgotanker, que posee una flota con unas 40 embarcaciones bajo la denominación 'Volgoneft', según informa la web Tradewinds, referencia en el sector. La compañía tiene su sede en Samara y se dedica a almacenar y transportar productos petrolíferos en el mar Negro y a través de las vías navegables interiores de Rusia. La mayoría de los petroleros de Volgotanker son viejos y tienen una capacidad de entre 4.000 y 5.000 toneladas. La administración rusa envió dos remolcadores y dos helicópteros para las labores de rescate.
Hay ya abierta una investigación de la autoridades de Crimea, bajo control del Kremlin, para establecer si ha habido una violación de la normas de seguridad. Ninguno de los dos petroleros afectados por esta tormenta tiene la identificación de la Organización Marítima Internacional (OMI), la entidad de Naciones Unidas responsable de la seguridad de la navegación y de prevenir la contaminación del mar. Un día antes del suceso, la delegación del Ministerio de Emergencias de Crimea recomendó no salir al mar por fuertes vientos.
Según una fuente de salvamento marítimo, citada por la agencia Interfax, los investigadores barajan dos hipótesis: un error de las tripulaciones en medio de una tormenta o una sobrecarga provocada por las olas en unos barcos diseñados para navegación fluvial o marítima en clima tranquilo.
En 2007, un petrolero ruso similar a los dos ahora afectados se hundió en estas aguas con 4.000 toneladas de fueloil y el vertido contaminó varias decenas de kilómetros de costa. Otros dos buques de esa bandera chocaron allí en 2019. Ahora, en plena tormenta, son muy complicadas las labores para evitar que el combustible acabe en el mar primero y en tierra después. El presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó la creación de un grupo de trabajo para «eliminar» la contaminación de las aguas.
El estrecho de Kerch separa Rusia de la península de Crimea, que pertenecía a Ucrania y que ahora está ocupada por las tropas del Kremlin. Es una importante ruta marítima mundial, que permite el paso del mar de Azov al mar Negro.
También es un punto clave de conflicto entre Rusia y Ucrania después de que Moscú invadiera la península en 2014. Dos años después, Kiev llevó a Moscú ante el Tribunal Permanente de Arbitraje, donde acusó al Kremlin de intentar hacerse ilegalmente con el control de la zona. En 2021, Rusia cerró el estrecho durante varios meses. Las vías ferroviarias y de carretera que conectan la península con Rusia han sido atacadas varias veces por las fuerzas de Kiev. Como alternativa, Moscú ha intensificado el tráfico marítimo para abastecer a esta zona anexionada.
Tras el inicio en febrero de 2022 de la guerra en Ucrania, el G-7 (las economías más poderosas del mundo) y la Unión Europea impusieron un precio tope de 60 dólares por barril al petróleo ruso y vetaron a sus aseguradoras para cubrir los riesgos de los barcos de esa nacionalidad. El bloqueo occidental al comercio del petróleo ruso ha obligado a Moscú a recurrir a barcos pequeños que transportan combustible a menor escala. Componen la llamada 'flota gris', que no está sometida a los mismos controles y que, en ocasiones, presenta un mantenimiento deficiente.
En la misma zona donde han naufragado los dos petroleros Volgoneft, un misil ucraniano hundió en agosto un ferry ruso que transportaba fuel. Por eso, la sombra del conflicto entre Moscú y Kiev planeó sobre el incidente de este domingo. ¿Fue culpa de las minas ucranianas? Pronto se descartó esa hipótesis.
Crimea es el origen de la actual invasión rusa de Ucrania. Hace diez años, Vladímir Putin hizo oficial la anexión de esta península, situada en el sur de Ucrania, tras celebrar un referéndum no autorizado por Kiev y rechazado por la comunidad internacional. La toma del territorio se produjo el 18 de marzo de 2014, dos días después de las cuestionadas votaciones.
Aquella cita con las urnas rompió los lazos de Crimea con Ucrania, a la que había pertenecido desde 1954. Putin aplicó allí el derecho de autodeterminación que nunca ha querido reconocer para Chechenia. El 16 de marzo de 2014, los habitantes de la entonces península ucraniana recibieron una papeleta con dos opciones: la reunificación con Rusia o mantener el estatus de Crimea como parte de Ucrania.
El resultado fue claro, según los datos difundidos por Moscú: un 96,5 % de los ciudadanos -más del 80 % eran rusos étnicos- apoyaron ser parte de la Federación del Kremlin. Putin aprobó primero la independencia de Crimea, que duró 30 horas, y selló inmediatamente después la anexión de la península.
El presidente ruso negó que tuviera la intención de ocupar otros territorios. «Rusia no busca dividir a Ucrania. No tenemos necesidad», aseguró Putin, que alabó a los militares de Kiev por «evitar» un baño de sangre. Pero Crimea sirvió de trampolín para la sublevación prorrusa que estalló un mes después en el Donbás y de plataforma para la actual invasión de varias regiones ucranianas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.