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Iñigo Gurruchaga
Londres
Martes, 31 de enero 2023, 17:28
La desaparición de 200 menores acogidos en el Reino Unido como solicitantes de asilo ha provocado un sentimiento de urgencia para poner fin a su ... estancia temporal en hoteles. El Gobierno, obligado a permitir su libertad de movimiento, reconoce el problema, pero señala que no tiene medios para corregir la situación mientras aumente el número de migrantes que llegan a su costa.
Según las cifras del Ministerio de Interior, de los 4.600 menores no acompañados que han llegado desde julio de 2021 y fueron alojados en hoteles, 440 abandonaron temporalmente su residencia en algún momento y 200 se encuentran ahora en paradero desconocido. Trece de los varones desaparecidos tienen menos de 16 años y hay una chica que tampoco ha sido localizada.
El semanario dominical 'The Observer' provocó la conmoción al publicar un reportaje, basado en la confidencia de un empleado de una empresa de seguridad que protege los hoteles, en el que se afirmaba que «docenas» de menores residentes en un hotel de Brighton han sido «secuestrados por bandas». Y que el 10% de los que se alojan en otro establecimiento, en Hythe, son «traficados» cada mes.
El ministro para la Inmigración, Robert Jenrick, afirma que su oficina no tiene pruebas de secuestros. Reconoce que el alojamiento temporal en hoteles no es deseable, pero que su departamento provee un servicio de seguridad, asistentes sociales y enfermeros todas las horas del día, además de líderes para gestionar la estancia de los menores, que en su mayoría tienen 16 o 17 años.
El diputado laborista Peter Kyle, que representa a la circunscripción en la que se encuentra el hotel señalado por 'The Observer', afirmó en el debate parlamentario que el cuadro pintado por el ministro no se corresponde con la realidad. Dice haber comprobado en sus visitas la vulnerabilidad emocional de los menores y su temor a ser obligados a trabajar para las bandas mafiosas que les trajeron.
Según las cifras de Interior, el 88% de los desaparecidos son albaneses, y el resto de Afganistán, Egipto, India, Vietnam, Pakistán y Turquía. La Policía de la región detuvo el año pasado a dos hombres albaneses que llevaban en su automóvil a dos menores. Uno de ellos habría sido identificado como capo de una banda dedicada al tráfico de personas.
La inmigración procedente de Albania ha aumentado en los últimos años. En los nueve primeros meses de 2022 sumaba 12.000, el mayor número de solicitantes de asilo en el Reino Unido, más que la suma de refugiados procedentes de Afganistán y de Irán. Los refugiados ucranianos, 146.000 en ese mismo periodo, tienen un proceso específico de acogida y asentamiento.
Tensiones
La mafia albanesa controlaría buena parte del mercado de cocaína en el Reino Unido. Dirige la mayor operación de tráfico de personas, según la Agencia Nacional del Crimen (NCA). Atrae a la población pobre de un país que es miembro de la OTAN y aspirante a entrar en la Unión Europea, con la promesa de ganar dinero. Suma el mayor número de presos extranjeros en las cárceles británicas.
El primer ministro, Rishi Sunak, ha mantenido conversaciones con el presidente albanés, Bajram Begaj, para facilitar la deportación inmediata de los inmigrantes de su país. Su plan para reducir el tráfico de personas en el canal de la Mancha incluye disuadirlas con la extradición a Ruanda de solicitantes de asilo que lleguen en botes y reducir este año a cero las 150.000 decisiones pendientes sobre asilo.
Mientras el Gobierno promete acciones para reducir la inmigración ilegal que causan escepticismo, el foco ha girado de nuevo esta semana a la región de Kent, en el sudeste de Inglaterra. Incluye puertos, como Dover y Folkestone, equipados para reprimir el contrabando de inmigrantes por carretera, y es el destino final de los botes neumáticos, la franja de costa inglesa más próxima a la de Francia.
El Ministerio de Interior aloja en hoteles a menores no acompañados desde que el Consejo del Condado de Kent decidió en junio de 2021 no aceptar más en las residencias especializadas que administra, por su saturación. Inspectores de prisiones o de parlamentarios han confirmado que las instalaciones de acogida en la región son inadecuadas.
Solicitantes de asilo alojados en barracas militares, en Folkestone, les prendieron fuego en 2021 porque no se les evacuaba tras detectarse un brote de Covid. En octubre, un hombre de 66 años recorrió 150 kilómetros para lanzar cócteles Molotov a un centro de acogida en Dover. Se suicidó después. El embajador de Albania se queja del racismo contra estudiantes de su país por el ambiente creado.
El reto de alojar a inmigrantes desasosiega también en Irlanda, donde 55 solicitantes de protección dormían en la calle el pasado viernes porque el Gobierno no tiene camas y da prioridad a familias con niños. El ministro Roderic O'Gorman explicó a un comité de la ONU esta semana la falta de viviendas para cumplir con una demanda que ha pasado de 8.000 a 19.000 en un año, más 54.000 ucranianos.
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