Francia reforzará la frontera con España para frenar la inmigración irregular

«El recurso a la fuerza fronteriza será generalizado en el conjunto del Hexágono», dijo el primer ministro, quien insistió en la necesidad de este despliegue «para que nuestras fronteras estén mejor vigiladas». Más allá de este anuncio, Bayrou no dio más detalles sobre la generalización de esta medida, aplicada de manera experimental en los puntos fronterizos con Italia desde hace dos años. Por consiguiente, no precisó si esto conllevará controles recurrentes en las zonas de paso entre Francia y España, así como devoluciones en caliente.

Michel Barnier, predecesor de Bayrou, ya había hecho un anuncio parecido el pasado otoño, pero quedó en el aire después de que el mandatario conservador se viera obligado a dimitir debido a una moción de censura en diciembre. Según documentos internos del Ministerio del Interior, revelados el mes pasado por el diario 'El País', las autoridades españolas temen desde hace meses que París intensifique las devoluciones de migrantes en la frontera española. Esas medidas se aplicarían especialmente en la zona con el País Vasco y Cataluña.

Desde hace casi una década, Francia realiza controles fronterizos en la zona entre Menton y Ventimiglia (Italia). Las ONG han denunciado en múltiples ocasiones que esa vigilancia se aplica basándose en criterios raciales. Y el Consejo de Estado condenó a principios del año pasado las devoluciones en caliente colectivas llevadas a cabo por parte de la Policía francesa.

Durante el periodo de la pandemia del covid-19, Francia ya había cerrado de manera temporal varios pasos fronterizos con España. El pasado otoño reanudó los controles de circulación en tres puntos en la provincia de Gipuzkoa. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, había explicado esta semana que París no había pedido una prórroga, más allá del 30 de abril, de los controles en la conexión entre Irún y Hendaya.

Además de la generalización de ese dispositivo especial, bautizado como «fuerza fronteriza», Bayrou expresó su voluntad de revisar «todos los acuerdos» migratorios con Argelia. Aseguró que dará un periodo de «un mes o seis semanas» para que las autoridades del país africano acepten el retorno de aquellos ciudadanos que Francia quiere expulsar. En el caso de que Argel no coopere, el responsable del Ejecutivo se mostró partidario de modificar el contenido del acuerdo de 1968 -uno de los principales tratados entre ambos países tras la Guerra de Independencia de Argelia -, que facilita la movilidad de las personas entre ambos Estados.

El comité interministerial de este miércoles ha tenido lugar en plenas tensiones diplomáticas entre París y Argel. Este pulso diplomático vive un nuevo capítulo esta semana después del atentado del pasado sábado en Mulhouse (nordeste). Ese asesinato de un portugués, de 69 años, fue cometido por un yihadista argelino, «al que Francia intentó expulsar hasta 14 veces» pero las autoridades argelinas «lo rechazaron hasta 14 veces», denunció Bayrou. El trasfondo de esta crisis está marcado por el anuncio el pasado verano por parte del presidente francés, Emmanuel Macron, de reconocer la soberanía marroquí del Sáhara Occidental, siguiendo el ejemplo de España y Estados Unidos. Una decisión que causó un cabreo mayúsculo en las altas esferas en Argelia.