Francia renueva la mitad de los escaños de su Senado

Sin embargo, los franceses no están llamados a las urnas. Los senadores son elegidos mediante sufragio universal indirecto por seis años por un colegio electoral de 160.000 «grandes electores». En esta ocasión, votan sólo 78.000 compromisarios, que serán los encargados de nombrar a los nuevos funcionarios. El colegio electoral está compuesto por senadores, diputados, consejeros provinciales y regionales, representantes de los ciudadanos en el extranjero y delegados de los consejos municipales. Estos últimos son los más numerosos –un 95%–. El voto es obligatorio para los «grandes electores». En caso contrario, deberán pagar una multa de 100 euros. Para poder formar un grupo parlamentario propio es necesario tener un mínimo de diez escaños. En el Senado saliente, había ocho.

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Beatriz Juez

La derecha confía en mantener la mayoría en la Cámara Alta. Los Republicanos (moderados) dominaban hasta ahora el Senado con 145 escaños y la Unión Centrista tenía 51. Mientras que la izquierda (socialistas, comunistas y ecologistas) no parece que vaya a retomar el control. Se han marcado como objetivo pasar la barrera de los cien electos, frente a los 91 que estos tres grupos tienen actualmente juntos. Se espera que los ecologistas sumen varios puestos.

Renacimiento, el partido del presidente galo, Emmanuel Macron, tratará de limitar la pérdida de senadores. Los macronistas tiene veinticuatro escaños salientes. Por su parte, la formación del ex primer ministro Édouard Philippe, Horizontes, confía en obtener una docena, frente a los siete representantes que tiene actualmente en el Palacio del Luxemburgo. Philippe busca tener un mayor peso político de cara a las presidenciales de 2027, a las que desea presentarse como candidato para suceder a Macron en el Palacio del Elíseo.

Está por ver si Reagrupación Nacional, la formación de la ultraderechista Marine Le Pen, logra regresar al Senado, donde no tienen actualmente cargos. El partido de Le Pen perdió en 2022 el único senador que tenía, cuando Stéphane Ravier se asoció con el ultra Éric Zemmour durante la campaña para los comicios presidenciales.

Desde el inicio de la Quinta República en 1958, el Senado galo ha estado controlado por la derecha, excepto entre 2011 y 2014 en el que las fuerzas de la izquierda tuvieron ventaja.