Un inmigrante se suicida en un centro de internamiento para extranjeros en Italia

El suicidio de este joven guineano, que utilizó una sábana de su cama para ahorcarse, provocó que alrededor de 60 de sus compañeros en el centro derribaran dos verjas en uno de los accesos y trataran de prender fuego a un automóvil. Cuando las fuerzas de seguridad trataron de hacerles frente respondieron lanzándoles piedras, lo que dejó tres heridos. Finalmente la Policía logró controlarlos con el lanzamiento de gases lacrimógenos y la situación pudo volver a la normalidad. Los trabajadores del centro aseguraron que Sylla estaba muy triste desde hacía días porque deseaba regresar a África. «Sentía la nostalgia y lloraba a menudo», declararon a los medios locales.

El fallecimiento de este joven ha vuelto a poner de manifiesto las duras condiciones que afrontan los inmigrantes recluidos en esta suerte de cárceles donde esperan durante meses mientras se gestiona la repatriación a sus naciones de origen. La de Sylla es la segunda muerte que tiene lugar en el centro después de la del tunecino Wissem Ben Abdel Latif, de 26 años, acaecida en diciembre de 2021. La senadora Ilaria Cucchi, que presentó hace meses una denuncia ante la Fiscalía por las condiciones de los inmigrantes en Ponte Galeria, ha exigido una respuesta inmediata de la Justicia, porque «estas muertes no deben suceder nunca más».

La situación no es mucho mejor en las cárceles ordinarias italianas, como demuestran los dos suicidios que tuvieron lugar también este domingo, uno en Verona, al norte del país, y otro en Caserta, al sur. En ambos casos los reclusos se ahorcaron. Con sus muertes son ya 14 los presos que se han quitado la vida desde que comenzó 2024, mientras que el año pasado fueron 67 en total.