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Iñigo fernández de lucio
Martes, 8 de noviembre 2022, 01:25
«O fabricamos munición del calibre 122 o fabricamos ataúdes». Con esta crudeza le explicó un oficial ruso a un bloguero la delicada situación de sus tropas en el frente oriental, en la región de Donetsk. El oficial pertenece a la 155ª Brigada de Infantería ... Naval de la Flota del Pacífico, un equipo de élite cuyos integrantes acusan en una carta a sus comandantes de haberles enviado a una «ofensiva incomprensible» que terminó en desgracia para la unidad, con cerca de 300 bajas.
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iñigo fernández de lucio
RAFAEL M. MAÑUECO
El frente oriental es uno de los más crudos desde que Kiev inició su contraofensiva en verano. Rusos y ucranianos pelean por cada centímetro de terreno. En este contexto, los comandantes de esta unidad de marines decidieron asaltar una guarnición ucraniana en Pavlivka. Los combates duraron cuatro días a lo largo de la semana pasada.
Sin embargo, la resistencia local se mostró un hueso demasiado duro de roer. Según los analistas, el Ejército de Kiev contaba en esta batalla con mejor armamento -fruto de los envíos occidentales y de la decisión de Kiev de atacar las líneas de suministro rusas durante los últimos meses- y una ventaja de altura. Ambos factores se alinearon para repeler el ataque de los militares rusos.
El resultado fue una catástrofe para los atacantes. Más de 300 bajas entre muertos, heridos y desaparecidos. El enfado de los soldados con sus superiores es de tal calibre que han escrito una carta en la que denuncian la negligencia de los comandantes durante la «incomprensible ofensiva». En la misiva, los soldados se dirigen a Oleg Kozhemyako, gobernador de la región de Primori, donde la unidad tienen su base. Se trata de una región del lejano oriente, fronteriza con la península de Corea, a casi 10.000 kilómetros de Kiev.
El episodio ha corrido como la pólvora en los blogs militares críticos con el Kremlin y su errática estrategia en los últimos meses. Pero también se han hecho eco de lo sucedido varios medios favorables al Kremlin, incluido el corresponsal de guerra de la compañía estatal de radiodifusión Alexánder Sladkov.
Según los autores de la carta, sus comandantes, «el general Muradov y su compatriota y amigo Akhmedov», planearon la ofensiva para que el primero «ganara una bonificación frente a los líderes del Estado Mayor», y el segundo recibiera el título de Héroe de Rusia. «No les importa nada excepto condecorarse a sí mismos. Llaman 'carne' a la gente», dice la carta.
«Como resultado de la 'cuidadosa' ofensiva planeada por nuestros 'grandes generales' perdimos 300 hombres entre heridos, muertos y desaparecidos en el transcurso de cuatro días. Y la mitad de nuestro equipamiento», denuncian los soldados. Por todo ello, terminan la misiva solicitando una «comisión de investigación independiente, no afiliada al Ministerio de Defensa». Se trataría del peor desastre para los marines rusos desde la guerra de Chechenia, en la década de los 90.
Por el momento, el Kremlin rechaza las acusaciones y niega que haya habido tales pérdidas. El Ministerio de Defensa, a través de un comunicado, cifró ayer en un 1% las bajas de sus fuerzas de combate y en un 7% los heridos, «de los cuales una parte significativa ha vuelto a su tarea».
El Kremlin rechaza las críticas bajo la acusación de que se trata de propaganda. Pero lo cierto es que el Ministerio de Defensa ruso informó haber llegado a las afueras del sur de Pavlivka el 30 de octubre. El 5 y 6 de noviembre, afirmó haber infligido «derrotas a las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania» cerca de la aldea. Sin embargo, las autoridades prorrusas del Donbás han informado en los últimos días de «problemas» con la ofensiva de Pavlivka.
La 155ª Brigada de Infantería Naval de la Flota del Pacífico está compuesta por unos 3.000 efectivos y tiene cientos de tanques T-80, vehículos militares BMP-3 y BTR-82, morteros y artillería. Formó parte del enorme contingente que el Kremlin envió hacia Kiev al inicio de la invasión, con el objetivo, frustrado, de tomar la capital ucraniana. Posteriormente el batallón se retiró a Bielorrusia y en verano fue desplegado de nuevo en el Donbás.
Pavlivka se considera como un enfrentamiento clave a la espera de la gran batalla que se presume en Jersón. Allí las autoridades ucranianas han denunciado que, tras evacuar a la población, hay centenares de militares rusos desplegados en los edificios camuflados como civiles para plantar batalla calle a calle.
Y en Kiev la población se prepara para soportar nuevos bombardeos rusos, dentro de la estrategia del Kremlin de alcanzar las infraestructuras para el abastecimiento energético.
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