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El Kremlin rechazó este jueves la devolución a Ucrania de ninguno de los territorios ocupados o hacer algún tipo de cesión como demandó el miércoles ... el presidente estadounidense, Donald Trump. «Las regiones (ucranianas) que se convirtieron en entes territoriales de la Federación Rusia y están incluidas en su Constitución representan parte integrante del país. Esto es un hecho absolutamente indiscutible», declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Ese fue su comentario al ser preguntado sobre los planes de Trump, de «devolver a Ucrania tantos territorios como sea posible». Según Peskov, tal cuestión «no es objeto de debate».
El jefe de la Casa Blanca dijo hace un par de días que «haremos todo lo posible para alcanzar el mejor acuerdo para ambas partes. Pero en el caso de Ucrania, nos esforzaremos mucho para llegar a un acuerdo que permita devolverla el máximo de territorios posible». El presidente estadounidense advirtió que Putin «tendrá que hacer cesiones» territoriales.
El portavoz ruso explicó que «en lo relativo a la consecución de un acuerdo de paz nadie espera que las soluciones sean fáciles y rápidas. Se trata de un problema demasiado complejo». A su juicio, ahora lo importante es que «as partes estén dispuestas a escucharse». Ayer, precisamente, se celebró en Estambul la segunda reunión de delegaciones rusa y estadounidense tras la celebrada el pasado día 18 en Riad. Según la agencia TASS, el encuentro duró seis horas y media, pero al cierre de esta edición aún no se había informado de los resultados.
El servicio de Inteligencia surcoreano alertó este jueves de que Corea del Norte ha desplegado nuevas tropas en la región rusa de Kursk para colaborar con Moscú en la expulsión del ejército ucraniano. Esta es la segunda ocasión en que el Kremlin recibe una oleada de militares norcoreanos en el plazo de dos meses, pese al fatal desenlace del primer contingente. La mayoría de sus efectivos fueron apresados por Ucrania o causaron baja. El espionaje de Seúl calcula que 240 militares perdieron la vida y al menos 2.700 resultaron heridos.La agencia afirma que todavía está tratando de delimitar el «tamaño» del nuevo despliegue y dice tener constancia de que todos los norcoreanos han sido destinados en primera línea de combate. En Kursk, las tropas ucranianas están sufriendo un duro castigo y han debido replegarse en muchas de las zonas que conquistaron el año pasado. Ayer mismo, el Kremlin anunció la recuperación de una ciudad tras una dura refriega en la que 240 soldados ucranianos habrían fallecido. Según fuentes rusas, Kiev ha registrado 64.000 bajas tratando de defender su posición en esta región rusa.
Tampoco se dio a conocer la composición de las delegaciones. Estas negociaciones tienen lugar a nivel de expertos y con carácter «técnico». El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, afirmó el lunes en Catar que su objetivo es «normalizar el funcionamiento de las embajadas» de EE UU y Rusia, obstaculizado a causa de las expulsiones mutuas de diplomáticos y las sanciones. Según sus palabras, se trata de «resolver los problemas que se han ido acumulando como resultado de las actividades 'ilegales' de la anterior Administración (en alusión a Biden), que impedía la actividad de la embajada rusa», denunció.
La reunión en Estambul tuvo lugar en la residencia del cónsul de Estados Unidos y los periodistas que esperaron pacientemente el final de las conversaciones vieron a la delegación rusa abandonar el lugar en un minibús sin que nadie les dijese ni explicase nada. El Departamento de Estado norteamericano ya avisó previamente que en Estambul no se iba a tratar ni el conflicto en Ucrania ni asuntos de seguridad.
La advertencia lanzada por Peskov sobre la negativa a hacer concesiones territoriales en aras de un acuerdo de paz no es nueva, pero sí la más reciente. En junio pasado, Vladímir Putin puso como condición para iniciar conversaciones que las tropas ucranianas se retiren de la parte que todavía controlan en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia y renuncien a formar parte de la OTAN.
Lavrov dijo en Doha (Catar) que «no habrá un cese del conflicto a lo largo de la línea de contacto (el frente de batalla)» y agregó que «el trazado de las fronteras de Rusia figura en su Constitución» y se definió tras las anexiones de las regiones invadidas en septiembre de 2022. «Algunos dicen: 'Abandonemos la línea de contacto: esto es ruso y eso es ucraniano'». Sin embargo, «eso no sucederá», advirtió el ministro de Exteriores ruso tras recordar la celebración de las llamadas consultas populares en Crimea, Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Lavrov rechazó también la idea de desplegar fuerzas de paz europeas en Ucrania una vez cesen las hostilidades.
El pasado martes, el emisario especial del Ministerio de Exteriores, Rodión Miroshnik, recordó que «los objetivos marcados por Putin en la Operación Militar Especial no se han alcanzado todavía. En primer lugar, los territorios constitucionales de Rusia no han sido liberados y Ucrania no ha sido puesta en una situación en la que deje de representar una amenaza para Rusia». Es ese el motivo por el que el Kremlin demanda otros líderes en Kiev que sustituyan a Zelenski y un desarme casi total del país. Miroshnik sostuvo que de lo que se trata ahora es de lograr estos objetivos «no por medios militares, sino a través de negociaciones».
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