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El desmoronamiento de la imagen internacional de Rusia por invadir Ucrania hace tres años y las sanciones adoptadas en Occidente como castigo han perjudicado de forma especial a sus magnates, sobre todo a los más cercanos al presidente Vladímir Putin. Tal es el caso de Román Abramóvich, antiguo patrón del Chelsea, el emblemático conjunto londinense, aunque él niega que la guerra en Ucrania le haya beneficiado de alguna manera.
Con una fortuna actual de casi 10.000 millones de dólares, Abramóvich, de 58 años y judío de origen, estuvo en el grupo de personas influyentes y cercanas al Kremlin que intervino en la designación de Putin en 1999 para suceder a Borís Yeltsin. Es uno de los oligarcas rusos más conocidos en el mundo por sus excentricidades, glamur, ostentación y suntuosas propiedades a lo largo y ancho del planeta. También por las tres esposas con las que tuvo siete hijos y de las que terminó separándose. Dasha Zhúkova, la más célebre y con la que vivió diez años, fue la última de la que se divorció. Se cuenta en las redes que ahora tiene relación con Natalia Gotsi, una modelo ucraniana de 39 años.
El multimillonario ruso tuvo que deshacerse del Chelsea en mayo de 2022 tras las sanciones que le impuso el Reino Unido y el bloqueo de sus cuentas corrientes por su presunta implicación en la ofensiva contra Ucrania que Putin desencadenó el 24 de febrero de aquel mismo año. Antes de tener que dejar el club inglés, Abramóvich intentó arreglar el desaguisado impulsando unas negociaciones para detener el conflicto que se extendieron a lo largo del mes de marzo y culminaron en fracaso a comienzos de abril de 2022 en Estambul.
Muchos hinchas del Chelsea siguen echando de menos a Abramóvich. La web Chelseablues.ru de seguidores rusos del combinado londinense asegura que el 25 de febrero en Stamford Bridge irán a protestar contra los propietarios estadounidenses y sueñan con el retorno del magnate ruso. «De esto hablamos todos los días y pensamos en cómo habría sido el destino del Chelsea si no hubiera sido por los acontecimientos de 2022. En realidad fue una pena terrible perder a Román y a su equipo directivo», escriben estos hinchas anónimos en la página. Según ellos, «veréis muchas imágenes de Román en Stamford Bridge. Todo el mundo quiere recordar de nuevo cómo llegó en 2003 y lo mucho que hizo por nuestro club».
Él estuvo presente en aquellas conversaciones fallidas en Estambul entre los negociadores rusos y sus esfuerzos pacificadores han continuado hasta hoy día. Abramóvich, que mantiene contactos con Jared Kushner, el yerno de Trump, y con su hijo Ivanka, es el inspirador del llamado grupo creado en torno a Ekaterina Tíjonova, la hija menor de Putin, con la tarea de fraguar un acuerdo con Estados Unidos para obligar a Kiev a aceptar las condiciones de Moscú para un armisticio. A ese mismo círculo pertenece Kirill Dmítriev, también con fuertes vínculos en la élite estadounidense. Él participó el pasado martes en Riad en las negociaciones de alto nivel entre Rusia y Estados Unidos.
Abramóvich tuvo que vender su mansión londinense de Kensington después de que las autoridades británicas se negaran a prolongarle el visado, tras lo cual adquirió inmuebles en Turquía, en donde tiene amarrado uno de sus yates, el poderoso «Eclipse», de las cinco superembarcaciones que posee. Pero, ya en 2018, tras recibir la nacionalidad israelí, Abramóvich intensificó sus inversiones en Israel y se construyó allí un palacete en el selecto barrio de Neve Tzedek en Tel Aviv, un edificio de oficinas cerca y una mansión en la ciudad de Herzliya. A través de sus fundaciones, Norma Investments, Ervington Investments y Millhouse, ha metido dinero en numerosos proyectos, sobre todo en los sectores de las telecomunicaciones y las altas tecnologías.
De manera que el antiguo dueño del Chelsea vive entre Israel, Turquía y Rusia. Pero es en su país de nacimiento en donde pasa menos tiempo. Medios rusos aseguran que se le ha visto a veces en la ciudad balneario de Sochi, en donde también tienen múltiples propiedades y, el mes pasado, a través de Millhouse, adquirió un terreno de 33,6 hectáreas junto al centro moscovita de innovación Skólkovo, el Silicon Valley ruso. En el mismo entorno poseía ya Skólkovo Park, zona de viviendas exclusivas, Skólkovo Golf Club y Terma Grand.
Posee además acciones del holding metalúrgico Evraz y de Norilski Nikel, además minas de oro, cobre y plata en Chukotka, región de la que fue gobernador. Pero su enorme patrimonio lo amasó inicialmente con el petróleo, con la compañía Sibneft. Se la vendió en 2005 al gigante energético ruso Gazprom.
Según el diario económico ruso RBK, la Unión Europa ha propuesto a Abramóvich y a otros oligarcas rusos cancelar completamente todos sus negocios en Rusia en invertir en Europa a cambio del levantamiento de las sanciones y de la posibilidad de establecerse y viajar por todo el Viejo Continente. Así lo anunciaron los representantes del Consejo de la UE durante la audiencia pública celebrada el pasado 11 de febrero en el Tribunal Supremo de la Unión Europea durante la vista por las apelaciones de varios multimillonarios rusos. Sin tales requisitos, informa la publicación digital rusa en lengua inglesa The Moscow Times, fueron desbloqueados este mes los activos que Abramóvich tenía todavía congelados en Israel, gesto que lo analistas relacionan con la llegada de Trump a la Casa Blanca.
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Ana del Castillo
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