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Iñigo Gurruchaga
Londres
Martes, 17 de enero 2023, 09:31
La ministra británica de Interior, Suella Braverman, advirtió este martes de la posibilidad de que se desvelen nuevos «casos chocantes» en el seno de la Policía Metropolitana, mientras «redoblan sus esfuerzos para erradicar a oficiales corruptos». La conmoción causada por la identificación de un miembro ... de la 'Met' que se confesó como un violador múltiple ha impulsado a Braverman a iniciar una revisión de los procedimientos internos de despido.
David Carrick reconoció el lunes ser culpable de 49 delitos sexuales, entre ellos 24 violaciones a 12 mujeres. Los perpetró durante 18 años mientras era miembro de un servicio de policía que lo aceptó a pesar de haber sido denunciado por robo y comunicaciones acosadoras por una expareja. Finalmente tuvo que reconocer sus delitos después de una denuncia de violación.
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La prolífica criminalidad de este agente y el hecho de que su procesamiento en los tribunales tuviese dos fases ha causado confusión sobre las cifras de sus delitos y también sobre la cronología de las denuncias contra él que fueron desoídas por sus colegas. Hasta nueve veces habría sido objeto de acusaciones durante casi dos décadas en el cuerpo. Con anterioridad había pertenecido al Ejército.
La Policía de Londres investigará ahora a unos mil de sus miembros que han sido denunciados. Tiene en sus archivos «1.633 casos de supuestos delitos o violencia doméstica» en la última década. El jefe de Scotland Yard, sir Mark Rowley, que se hizo cargo de la fuerza hace cuatro meses, ya había advertido de que entre sus 47.000 miembros hay miles que son grandes profesionales y cientos que nunca deberían ser policías.
La conmoción por la aparente levedad con la que se filtra a los responsables de la seguridad ciudadana y por el abuso por Carrick del respeto de sus víctimas a su autoridad sucede menos dos años después de que el Reino Unido fuese sacudido por el secuestro, violación y asesinato por el policía Wayne Couzens de una mujer de 33 años que regresaba a su casa por una calle del sur de Londres.
Carrick y Couzens pertenecían al mismo cuerpo de protección del Parlamento y Diplomacia, que es responsable de la seguridad de los gobernantes británicos, de las legaciones diplomáticas y de los dignatarios que visitan el país. En la investigación sobre Couzens se descubrió que grupos de agentes participaban en 'chats' privados en los que se mencionaba a mujeres de manera obscena y degradante.
Tanto Couzens como Carrick sortearon los filtros de acceso a la Policía a pesar de la existencia de denuncias. Carrick intimidaba a sus víctimas, a las que conocía a través de redes sociales para citas y en clubes. Las aislaba e incluso las encerraba en un armario de su casa para someterlas a un trato sexual vejatorio, de esclavitud a sus deseos.
Alardeaba de proteger al primer ministro y cometía sus delitos en Londres y en la región de Hertfordshire, en el sudoeste de Inglaterra, cuando tenía días libres. Conocido por sus colegas como 'El bastardo Dave', fue denunciado de nuevo por violación en octubre de 2021, y allí terminó su impunidad. Había explicado a sus víctimas que no tenía sentido denunciarle porque no lograrían nada. Pero esta vez fue identificado en público y llegó el aluvión de denuncias.
«Hemos fallado. Lo siento. No tendría que haber sido un oficial de policía», dice Mark Rowley, que se hizo cargo de la fuerza tras la marcha de su predecesora, Cressida Dick. Fue empujada hacia su dimisión por el alcalde de Londres, Sadiq Khan, en parte por la torpeza y aparente pasividad de Scotland Yard ante las revelaciones que siguieron al crimen de Couzens.
«Este hombre abusaba de mujeres de la manera más asquerosa», ha añadido Rowley. «Te pone enfermo. Hemos defraudado a mujeres y a chicas, a los londinenses. Las mujeres que han sufrido y han sobrevivido a esta violencia han sido muy valientes en denunciarlo. Entiendo que lo ocurrido lleve a que algunas mujeres se pregunten si pueden confiar en la 'Met'. No hemos aplicado la misma severidad vigilando nuestra integridad que la que aplicamos frente a delincuentes».
El diario 'The Sun' afirmaba en un editorial que «el hedor a decadencia en la 'Met' es nauseabundo. Es una organización rota que traiciona a los londinenses y avergüenza a los británicos».
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