El joven que hizo frente a Abdelmasih en Annecy: «Nuestras miradas se cruzaron y entendí que algo muy malo vivía en él»

El presidente, Emmanuel Macron, y la primera dama, Brigitte Macron, visitaron este viernes en un hospital de Grenoble a las víctimas. Solo una de ellas, una niña de nacionalidad neerlandesa, se encuentra hospitalizada en Ginebra (Suiza) y está «fuera de peligro», según explicó en Twitter el ministro de Exteriores de Países Bajos, Wopke Hoekstra. Macron también dijo tener noticias «positivas», ya que «los dos pequeños que estaban en la situación más crítica están ahora estabilizados y los médicos son optimistas».

Dos niñas y dos niños, con edades comprendidas entre los 22 meses y los tres años, resultaron heridos en la zona de columpios en el Pâquier, una enorme área recreativa que bordea el lago de Annecy. Dos de las víctimas, Ennio y Alba, son primos. Los cuatro pequeños han podido ser operados con éxito. «En el ataque, resultaron también heridos dos adultos. Un hombre de 70 años que continúa muy grave y otro, de 78 años, sufrió lesiones leves y ya ha sido dado de alta.

El ataque se produjo sobre las 9.40 horas del jueves en una zona del parque frecuentada por familias con hijos pequeños. Abdelmasih H., se abalanzó por razones desconocidas con una navaja plegable tipo Opinel contra quienes halló a su paso. El refugiado, que se identificó como «cristiano de Siria», gritó dos veces en inglés «en nombre de Jesucristo» antes de herir a los menores, según se puede escuchar en un vídeo. Incluso llegó a acuchillar a un bebé de 22 meses en su cochecito.

Casado y padre de una niña de tres años, había obtenido el estatus de refugiado en Suecia. Llegó a Annecy en octubre de 2022 y no tenía domicilio fijo. Dormía en un portal y en la última semana se le había visto en el parque. En Francia solicitó asilo, pero se lo habían rechazado cuatro días antes del ataque, según confirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ya que es considerado refugiado por las autoridades escandinavas. La fiscal del caso confirmó este viernes que el agresor «no estaba bajo los efectos de las drogas ni del alcohol» en el momento del apuñalamiento múltiple.

Abdelmasih había nacido en 1991 en Siria, pero dejó este país en 2011 tras el estallido de la guerra civil. Emigró a Turquía y, de ahí, viajó a Suecia, donde obtuvo la condición de asilado y un permiso de residencia que vence en 2025. En dos ocasiones trató de obtener la nacionalidad, pero las autoridades se lo denegaron. Según su madre, que reside en EE UU, en la negativa pudo influir el tiempo que su hijo pasó en el ejército sirio cumpliendo el servicio militar obligatorio. Sufría una «profunda depresión».

Según diversas fuentes recogidas por los medios galos, agotadas las posibilidades de naturalizarse en Suecia, Abdelmasih se trasladó a Francia en 2022. Atrás dejó a su pareja, una joven también siria, y a su hija, de edad parecida a sus víctimas.

Tras visitar el hospital de Grenoble, Macron se reunió este viernes con Henri, al que la prensa llama 'el héroe de la mochila'. Este estudiante de 24 años se enfrentó al agresor y trató de alejarlo de la zona de columpios con ayuda de una mochila. Entrevistado este viernes por la cadena BFMTV, explicó que actuó por inercia. «Ni siquiera lo pensé». Eso sí, recuerda que, cuando se enfrentó al atacante, «nuestras miradas se cruzaron y entendí que algo muy malo vivía en él». Pero no se amedrentó. «En ese momento actúas casi por instinto. Estoy lejos de ser el único que reaccionó. Otra mucha gente corrió por ahí. Era impensable quedarse sin hacer nada», aseguró.

Aunque su gesta ha sido la más llamativa, en los vídeos del suceso pueden verse, en efecto, a otros paseantes que intervienen también para proteger a los niños del parque. «Tengo imágenes atroces en mi cabeza. Pienso en las víctimas y espero que salgan de esta», manifestó Henry, que estaba de paso por la localidad, en una escala de un viaje de investigación sobre las catedrales de Francia.

Los habitantes de Annecy asistieron este viernes a una misa en la suya. Muchos colocaron flores, velas y peluches en la zona en la que tuvo lugar el espeluznante ataque, que todavía mantiene bajo la conmoción a toda Francia.

La clase política francesa se mostró horrorizada. «Nuestro corazón está en pedazos al tener que vivir esto», reaccionó el jueves Jean-Luc Mélenchon, líder del partido izquierdista La Francia Insumisa. «Es el colmo de los horrores, de la ignominia, de la barbarie», añadió Éric Ciotti, líder del partido Los Republicanos (derecha moderada), quien exigió «una reacción fuerte» ante la violencia.

La extrema derecha aprovechó el suceso para criticar la política de inmigración del Gobierno francés, que consideran demasiado laxa. «Hay que cuestionar toda nuestra política migratoria y un cierto número de reglas europeas. Debemos dotarnos de los medios para reaccionar y tomar el control de una situación que escapa al Ejecutivo. El debate es urgente», opinó Jordan Bardella, presidente de Reagrupación Nacional y mano derecha de Marine Le Pen.