Los socialdemócratas se imponen a los ultras en las elecciones legislativas de Rumanía

Los liberales del PNL, socios del PSD en el actual Ejecutivo de coalición, se han situado en tercer lugar con el 13,5% de los votos, mientras que los proeuropeos de Unión Salvar Rumanía (USR) han cosechado el 12,06%. Otras tres siglas han logrado escaños en la próxima Cámara de Diputados: el grupo de extrema derecha y euroescéptico S.O.S. Rumanía (7,17%), la formación que representa a la minoría húngara en el país, UDMR (6,46%), y el nuevo Partido de los Jóvenes (6,3%), que había mostrado su respaldo a Georgescu. Fuera del hemiciclo se han quedado los ecologistas SENS., al no superar el 5% de los sufragios necesario para obtener un asiento.

El índice de participación en las elecciones no llegó al 50% pese a lo ocurrido una semana antes en los comicios presidenciales con la victoria del aspirante prorruso y la caída de la candidatura del primer ministro, Marcel Ciolacu, que no pasó a la segunda vuelta. La cita de este domingo se presentaba, además, como un enfrentamiento en las urnas entre los grupos favorables a la UE -Rumanía es miembro desde 2007- y la OTAN y las formaciones contrarias a las instituciones comunitarias y favorables al Kremlin. Las fuerzas europeístas (PSD, PNL, USR y UDMR) han sumado finalmente cerca del 55% de los votos, mientras que las formaciones ultra (AUR, S.O.S. y POT) han conseguido en torno al 31%.

«Los socialdemócratas salieron a votar y demostraron lo sólida que es la democracia en Rumanía. El PSD es la principal fuerza política de Rumanía», ha declarado el socialdemócrata Ciolacu, quien dimitió la semana pasada como líder del partido al no lograr clasificarse para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Rumanía, con 19 millones de habitantes, ha estado gobernada desde 2021 por una coalición de socialdemócratas y liberales. Una alianza que ha mostrado su claro apoyo a Ucrania a raíz de la invasión rusa.

El país afronta una crisis política tras los inesperados resultados de los comicios presidenciales. De hecho, el Tribunal Constitucional rumano decide este lunes si valida los resultados de la primera vuelta de las presidenciales y proclama a los dos candidatos (el propio Georgescu y la conservadora Elena Lasconi) que pasan a la segunda ronda o si, por el contrario, ordena la repetición de las elecciones al considerar que hubo irregularidades en la cita del 24 de noviembre.

La victoria del candidato prorruso supuso un auténtico terremoto político en Rumanía. Antes de los comicios era prácticamente un desconocido y su nombre ni siquiera aparecía entre los favoritos en los sondeos para ocupar el Palacio Cotroceni, la residencia presidencial. Las encuestas le daban un 6% de los sufragios, y consiguió casi el 23%. Georgescu es admirador del presidente ruso, Vladímir Putin, rechaza el respaldo a Ucrania y se muestra muy crítico con la OTAN. Su campaña estuvo alejada de los medios tradicionales y conquistó a los rumanos a través de las redes sociales, como TikTok. Sus rivales le acusan de falta de transparencia.

El aspirante independiente parte ahora como favorito para la segunda vuelta de las presidenciales, con un 60% de intención de voto, mientras que Lasconi obtendría sólo un 40%, según un sondeo de Romania TV. Otra encuesta reciente revela que el 90% de los rumanos no está de acuerdo con que su país abandone la OTAN o la UE, y el 73% cree además que Rusia representa un peligro para la nación.