Jacob Rees-Mogg, un 'gentleman' al servicio de las audiencias
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El político británico ultraconservador mostrará su vida familiar en un 'reality' en la televisiónLos británicos podrán introducirse, a partir de este lunes, en las rutinas familiares de Jacob Rees-Mogg. Los espectadores del canal Discovery accederán a su mansión rural de Gournay Court, en el condado de Somerset, y contemplarán la residencia londinense, cercana a la Abadía de ... Westminster. El 'reality' televisivo llamado 'Meet the Rees-Mogg' mostrará, supuestamente, la cotidianidad del político conservador de 55 años, su esposa y seis hijos. Algunos ya se preguntan si el programa será una versión de la serie televisiva 'Downton Abbey' o la ficción resultará más plausible y contemporánea que la vida de un individuo real que parece extraído del periodo georgiano, aquel previo a la Revolución Industrial. No en vano a este exministro se le denomina el 'honorable miembro del siglo XVIII'.
Quien parecía llamado a gobernar el Reino Unido se ha convertido en sofisticada carne de espectáculo. La carrera hacia Downing Street quedó frenada al no revalidar su escaño en el Parlamento en los últimos comicios, las elecciones del pasado mes de julio que devolvieron el poder al Partido Laborista. Ahora bien, no todo está perdido, ni mucho menos. Hay que tener en cuenta que es factible presentar un 'talent-show' durante catorce temporadas y, posteriormente, presidir la primera potencia del planeta. Las audiencias en 'prime time' son soberanas.
Pero nuestro hombre de otra centuria es aún más excéntrico que Donald Trump. Responde al prototipo de dirigente 'tory' formado en el exclusivo colegio de Eton y la Universidad de Oxford y lleva ese modelo al extremo casi paródico. Ahora bien, su apariencia atildada no se corresponde en realidad con las raíces aristocráticas que simula poseer. La familia paterna ha sido propietaria de minas, pero no forma parte de la nobleza. Su padre era un editor del diario británico The Times y son modestos los antecesores de la madre, una secretaria que contrajo nupcias con su jefe.
No habrá una galería de retratos en sus opulentas residencias, adquiridas por el propio protagonista de la serie. Su fortuna es reciente, pero su ideario se corresponde a otros tiempos. El verbo culto e irónico de Rees-Mogg ha defendido posturas de extrema derecha dentro de la formación. El dirigente llegó al Parlamento en 2010 y fue uno de los más acendrados euroescépticos. Defendió el 'brexit' duro, aquel que apostaba por una salida sin acuerdo con Bruselas, y el Estado unitario contrario a las concesiones regionales y nacionalistas.
Su relación con David Cameron fue complicada. Aunque ambos compartían filas, el 'premier' se hallaba demasiado escorado hacia posiciones progresistas. El férreo ideario tradicionalista de Rees-Mogg, que también se identifica con el thatcherismo, le permitió incorporarse al Cornerstone Group, una organización inserta en el Partido Conservador y que defiende la vigencia de los valores más tradicionales, aquellos que representan el Imperio, tales como la familia, la libre empresa y la fe anglicana.
Curiosamente, la identificación no es plena. 'Moggy', tal y como le conocen en su país, profesa la religión católica. Por supuesto, pertenece al ala más ortodoxa y se ha mostrado contrario al matrimonio gay, los anticonceptivos o el aborto. Quizás los televidentes contemplen su participación en una misa celebrada en latín en su capilla privada.
El político no pertenece a la antigua nobleza, pero ha sabido homologarse rápidamente en riqueza y privilegios, y asumir la condición de 'gentleman' con total propiedad. Inicialmente, compatibilizó la función pública con su empleo en la City londinense y Hong Kong en el ámbito de la gestión de grandes fondos y en 2007 creó junto a otros socios una empresa especializada en el sector con notable éxito. Se le adjudica una fortuna personal de entre 120 y 180 millones de euros.
Su escalada política también fue rápida. Presidió la Cámara de los Comunes en 2019 y se convirtió en uno de los pretendientes al cargo de Theresa May. La innegable astucia política lo llevó a impulsar las aspiraciones de Boris Johnson y seguir ascendiendo en la pirámide 'tory'. El primer ministro correspondió a su apoyo nombrándolo Lord Presidente del Consejo Privado, una especie de presidente del gabinete, y, posteriormente, lo nombró ministro de Oportunidades 'Brexit' y Eficiencia Gubernamental. Tras la renuncia del 'premier' se mantuvo en el gobierno como secretario de negocios con su sucesora, la efímera Liz Truss. Después, llego la derrota.
La televisión mostrará su presente, mientras imparte conferencias y escribe textos para los suscriptores de su página web. Los empleados limpian la plata, la prole juega a cricket y él hace un paréntesis en su trabajo de despacho para beber una copa de jerez en las imágenes que promocionan el 'reality'. También aparecen otras de su anterior campaña en la que se ven los esfuerzos para limpiar la palabra 'posh' (pijo) escrita sobre los carteles electorales.
El adolescente Rees-Mogg llegó a asegurar que quería ser millonario a los veinte años, multimillonario a los cuarenta y primer ministro a los setenta. La verdad es que sus objetivos se cumplen y prosigue por buen camino. El político que pronunció el vocablo más largo escuchado en el Parlamento, 'floccinaucinihilipilification', que alude a la costumbre de restar valor a las cosas, no ha dicho su última palabra.
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