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colpisa / afp
Miércoles, 17 de febrero 2016, 01:02
El gobierno turco ha señalado este martes que es partidario de una intervención militar terrestre de la coalición internacional liderada por Estados Unidos en Siria, lo que podría dificultar aún más la aplicación de la tregua que debía iniciarse esta semana.
"Queremos una operación ... terrestre con nuestros aliados internacionales", ha señalado un alto funcionario turco bajo la condición de anonimato, quien ha precisado que "no habrá una operación militar unilateral de Turquía en Siria".
Las grandes potencias, cada vez más implicadas en el conflicto en el que apoyan al régimen o a la oposición sirios, acordaron el pasado viernes un alto el fuego que tendría que entrar en vigor esta semana así como el acceso de la ayuda humanitaria a las ciudades asediadas.
Pero en los últimos días el conflicto ha ganado en intensidad ya que por una parte el régimen ha intensificado su ofensiva en la provincia de Alepo contra grupos islamistas y rebeldes del Frente Al Nosra, la rama siria de Al-Qaida, y por otra parte, en la misma región, Turquía ha empezado a bombardear con artillería desde su territorio a las milicias kurdas al otro lado de la frontera. Ante el avance de las milicias kurdas en Siria, Turquía seguía este martes por cuarto día consecutivo con sus ataques de artillería contra posiciones kurdas en el norte de Alepo.
De madrugada la artillería turca bombardeó la ciudad de Tall Rifaat, un bastión rebelde ahora en manos de los kurdos, indicó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.
Las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), las milicias kurdas en Siria, siguen avanzando en la provincia de Alepo aprovechando la debilidad de los rebeldes frente a la ofensiva del régimen.
Al menos cinco establecimientos médicos y dos escuelas han sido atacados, según la ONU. De acuerdo al último balance sobre un ataque aéreo contra un hospital apoyado por la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en Maret al Noman, a 280 km al norte de Damasco, que provocó once víctimas, entre las cuales cinco pacientes, uno de ellos un niño.
Estados Unidos, muy implicado en el conflicto en tanto lidera la coalición contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), pidió el lunes a Rusia y Turquía que eviten una escalada. "Estas discusiones sobre una posible intervención terrestre son el reflejo de la política que Turquía defiende desde hace mucho tiempo", ha señalado Aaron Stein, del centro Rafic Hariri del grupo de reflexión estadounidense Atlantic Council.
Más tarde y sobre el terreno, el OSDH ha precisado que al menos que al menos quince civiles murieron este martes en ataques de la coalición internacional liderada por Estados Unidos contra una ciudad en el noreste de Siria controlada por el EI. "Al menos 15 civiles murieron y 20 resultaron heridos en bombardeos de la aviación de la coalición internacional contra la ciudad de Al Shadadi", en la provincia de Hasake, precisó el OSDH.
El director del mismo, Rami Abdel Rahman, ha agregado que estos bombardeos coincidieron con un ataque de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), coalición liderada por kurdos, contra la ciudad. El EI controla Al Shadadi desde 2014.
Advertencia de Hezbolá
Por su parte, el jefe del movimiento libanés chií Hezbolá, Hasan Nasralá, cuyos miembros combaten junto al régimen sirio, dijo este martes en una reunión en los suburbios al sur de Beirut: "proclamaremos la victoria junto al Ejército sirio".
Este martes, el primer ministro turco Ahmet Davutoglu acusó a Rusia de bombardeos "bárbaros" y "cobardes" y advirtió que si continúa habrá "una respuesta muy resuelta".
El lunes, cerca de 50 civiles, entre ellos varios niños, murieron en bombardeos contra hospitales y escuelas en las provincias de Idlib y Alepo, en el norte del país, según la ONU. Un ataque condenado por la Unión Europea, Francia y Estados Unidos y que una ONG atribuyó a Rusia. Sin embargo, Moscú lo niega rotundamente y el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov dijo el martes que se trata de "acusaciones infundadas".
Ofensiva del régimen sirio
El 1 de febrero el régimen lanzó una gran ofensiva en la provincia de Alepo, según el presidente sirio Bachar El-Asad para cortar las vías de suministro desde Turquía a los rebeldes que controlan varios barrios de la ciudad del mismo nombre.
Si lo consigue, el este de la ciudad quedaría aislado con miles de personas dentro. La ofensiva ya ha llevado a miles de civiles a huir de la zona y están refugiados en la frontera turca que por el momento sigue cerrada.
En este contexto, el emisario de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, se reunió este martes en Damasco con el ministro de Exteriores, Walid Muallem.
De Mistura anunció el envío este miércoles de convoyes de ayuda humanitaria a siete ciudades asediadas por el ejército del régimen, con el fin de "probar" la voluntad de éste para dejarla pasar, a lo que Damasco respondió positivamente.
Auspiciadas por la ONU, las negociaciones de paz con representantes del régimen y la oposición empezaron a principios de febrero en Ginebra pero fueron suspendidas a los pocos días y Mistura espera reanudarlas el próximo día 25.
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