Un ataque israelí contra una zona declarada 'humanitaria' mata a 19 personas en Gaza

En un primer momento el Ministerio de Salud elevó los muertos a 40, pero con el paso de las horas reveló que se habían podido recuperar hasta entonces 19 cadáveres. El ejército reconoció el bombardeo ocurrido en el área «segura» y explicó que su objetivo fue un «comando de Hamás que operaba en plena zona humanitaria». El portavoz militar habló de un «ataque de precisión contra terroristas». Los islamistas lo negaron y afirmaron que no contaban con uno solo de sus milicianos en el lugar del suceso.

No es la primera vez que Israel, que no permite el acceso de la prensa extranjera a Gaza y ha matado a más de 100 periodistas y trabajadores de medios locales, golpea en Al Mawasi, la pequeña franja de tierra en plena costa en la que se hacinan cientos de miles de gazatíes en condiciones miserables. Otro ataque, en julio, dejó 90 muertos y el ejército aseguró entonces que el objetivo fue Mohamed Deif, jefe militar de Hamás. El grupo lo negó.

Las imágenes fueron una vez más brutales, con cuerpos destrozados y civiles sacando a los muertos con sus propias manos de entre la arena. No hay apenas herramientas para poder hacer este trabajo. La cifra de fallecidos en Gaza está a punto de llegar a los 41.000 y no se atisba un alto el fuego a la vista pese a la creciente presión internacional y doméstica sobre el primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, adelantó que «pronto» entregarán a Hamás e Israel una nueva propuesta de tregua.

Cada vez más voces en Israel piden cambiar el foco de Gaza a la frontera norte. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que «Hamás como formación militar ya no existe, ahora desarrolla una guerra de guerrillas», e indicó que, en contra del parecer del primer ministro, es el momento de llegar a un acuerdo para lograr el regreso seguro de los rehenes a casa. Según Gallant, se dan las condiciones para poner en marcha la primera fase de la propuesta: una pausa de seis semanas en la que unas treinta mujeres, niños, ancianos y enfermos serían liberados.

El responsable hebreo de Defensa defendió que, una vez superadas las seis semanas de tregua, Israel «debe mantener el derecho a operar y lograr nuestros objetivos, incluida la destrucción de Hamás». Esta opinión confirma los temores de los islamistas, que se niegan a aceptar acuerdo alguno que no garantice el alto el fuego definitivo.

En Gaza se han borrado todas las líneas rojas en los últimos once meses. El máximo responsable de UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, denunció el lunes que el ejército israelí detuvo durante más de ocho horas un convoy de Naciones Unidas, formado por personal nacional e internacional, que se dirigía al norte de la Franja a pesar de una coordinación detallada previa. Se trataba de un equipo dedicado a la vacunación contra la polio y los soldados les dieron el alto «a punta de pistola». Las excavadoras militares causaron además «graves daños a los vehículos blindados de la ONU», lamentó Philippe Lazzarini.

24 horas después de este grave incidente, los israelíes permitieron a la ONU seguir con la vacunación y el objetivo es llegar a 200.000 niños en esta parte norte de la Franja, la más castigada por la guerra y donde el bloqueo es más duro.