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Día de oración y protestas en Egipto. Organizadas por el Gobierno, este viernes se han repetido por todo el país manifestaciones contra Israel y en solidaridad con Palestina. Al término del rezo del mediodía, los fieles y simpatizantes de la causa palestina se han movilizado ... en masa al grito de «¡Allahu Akbar!» («¡Alá es grande!») y lanzando proclamas contra los judíos. Con varios miles de personas, una de las protestas más concurridas ha tenido lugar en la Mezquita del 6 de Octubre en Giza, la localidad vecina a El Cairo famosa por sus pirámides y su esfinge. El nombre de dicho templo, que recuerda la fecha de inicio de la guerra de Yom Kipur que Israel ganó a Egipto y Siria hace 50 años, suena en el presente como un eco siniestro por el sangriento ataque de los comandos de Hamás el pasado 7 de octubre.
«Esto es solo una reacción a una brutal agresión que ha durado más de 75 años. No nos culpen a nosotros. Me matan, me expulsan y me roban mi país. Durante años he vivido en esta tierra y, cuando contraataco con un tirachinas, dicen que Israel está siendo atacado», justifica exaltado Abdel Rahman Ismail, un pequeño empresario, entre la multitud congregada a las puertas de la mezquita. A pesar de los 1.300 muertos y 200 secuestrados que dejó la incursión de Hamás en Israel hace dos semanas, cree que «es el legítimo derecho de la resistencia palestina responder de esta manera. Es el legítimo derecho de cualquier árabe o musulmán defender su país ocupado y, si no lo hacen, se convierten en traidores».
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El odio está tan arraigado en Oriente Medio que esa es la respuesta más común que se escucha en Egipto cuando se pregunta por los ataques de Hamás. A ojos de los manifestantes en esta mezquita a rebosar, tan llena que tuvieron que rezar en la calle, tanto dicha salvajada como las que se vienen sucediendo cada día desde entonces no son más que una reacción en cadena.
«Cada acción tiene una reacción de Israel, que mata y desplaza a la gente en Gaza», señala Kotiba Luqman, un contable de 24 años que lleva pintada una bandera palestina en la mejilla izquierda. En su opinión, «la única solución, y la mejor, son los dos Estados y que Israel se marche de los territorios ocupados de Gaza, que deben ser reconstruidos para que vuelvan los palestinos». Pero critica que «Europa y Estados Unidos están con Israel y esto ha quedado claro. Se ha vuelto evidente tras el ataque contra el bombardeo del hospital de Gaza, revelando que Europa y América están por desgracia ciegos con Israel».
En su sermón, el imán de la mezquita también denunció la presencia naval estadounidense en el Mediterráneo y alertó de que «si dejas que un lobo te muerda una vez, acabará devorándote». Unas palabras ante las que los fieles asintieron con más convicción que cuando les instó a no proferir maldiciones ni «palabrotas» contra los judíos.
Mientras los jóvenes, y hasta niños subidos en los hombros de sus padres, ondeaban banderas nacionales y palestinas entre llamadas al ejército egipcio e insultos a Israel, las mujeres ululaban en las escaleras de la mezquita, separadas de los hombres y algunas de ellas cubiertas con el 'niqab', que solo les dejaba ver los ojos.
Una de ellas, una contable que solo se tapa la cabeza con un pañuelo y se presenta en inglés como Mona, también denuncia que «la gente está muriendo, pero no hay ninguna reacción porque Estados Unidos apoya a Israel hasta el último momento. Nosotros también defendemos a Palestina y lo haremos hasta el final».
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Mikel Ayestaran
Óscar Beltrán de Otálora / Gonzalo de las Heras
La marcha, como dicen sus asistentes, es de respaldo a los «hermanos de Gaza», pero también de rechazo a que sean expulsados de la Franja y lleguen a suelo egipcio en la península del Sinaí. «Este asunto es el más importante para nosotros, y se trata de un tema de seguridad nacional para Egipto y los países árabes. Lo que Israel está haciendo es un intento de acabar con la causa palestina; quiere expulsar a la gente de Gaza a Egipto para quedarse con su tierra», asegura Mona. En su opinión, «este plan va desde el Nilo hasta el Éufrates y, desde luego, es imposible de implementar», por lo que insiste en que «Egipto se opone y nosotros apoyamos a nuestro Ejército, a nuestro presidente, a nuestro Gobierno y a todos los países árabes. Debemos unirnos todos contra Israel». Como ya han advertido Egipto y Jordania, ninguno de sus dos gobiernos está dispuesto a admitir una avalancha de refugiados palestinos porque eso supondría extender el conflicto a sus territorios.
En medio de la ira del mundo árabe por los bombardeos israelíes sobre Gaza, esta jornada de protestas tiene lugar mientras se sigue esperando la apertura del paso fronterizo de Rafah para que entre la ayuda humanitaria desde Egipto. «Es imposible estar aquí y que no se te rompa el corazón. Tras estas vallas hay dos millones de personas en Gaza sin agua ni comida, ni medicinas ni combustible. En este lado, estos camiones tienen lo que necesitan. Tenemos que hacer que se muevan lo antes posible y tantos como sean necesarios», tuiteó este viernes desde Rafah el secretario general de la ONU, António Guterres.
Junto a otros dirigentes árabes y europeos, entre ellos Pedro Sánchez por la presidencia española de la Unión Europea, Guterres participa este sábado en El Cairo en la cumbre de paz sobre Gaza organizada por Egipto. Tras el viernes de rezo y protestas, llega la hora de la diplomacia para intentar frenar la guerra entre Israel y Hamás y que no se extienda al resto de Oriente Próximo.
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