Israel suspende la entrada de ayuda a Gaza hasta que Hamás acepte el plan de EEUU de extender la primera fase de la tregua

La decisión de Tel Aviv llega justo después del final el sábado de la primera fase del alto el fuego y, según el Ejecutivo hebreo, es consecuencia de la negativa de Hamás a aceptar la prolongación de esta etapa de la tregua en los términos propuestos ahora por EEUU. El enviado especial de Donald Trump, Steve Witkoff, ha presentado un plan para extender esta fase hasta que concluyan el Ramadán y la Pascua judía, a mediados de abril. Durante ese periodo, Hamás entregaría los 59 cautivos aún en su poder (34 de ellos probablemente muertos) antes de iniciar la negociación sobre la segunda parte del alto el fuego, que incluye la retirada de Gaza del ejército israelí.

Netanyahu apoya esta propuesta. De hecho, el sábado exigió a Hamás una prórroga de 50 días de la primera fase y la liberación inmediata de la mitad de los cautivos. Ante la negativa del grupo palestino, ha cortado el suministro humanitario. Hamás se niega a aceptar este cambio sobre el pacto inicial. La milicia islamista califica el bloqueo a la ayuda como «crimen de guerra» contra la población. «Es un chantaje mezquino y una flagrante violación del acuerdo de tregua», denunció el movimiento gazatí. Y pide a «los mediadores y a la comunidad internacional que presionen» a Israel para que dé marcha atrás.

Tras quince meses de invasión y después de la tregua que comenzó el 19 de enero, la situación en la Franja vuelve a ser crítica. Este domingo, apenas unas horas después del final de la fase inicial del alto el fuego, cuatro personas resultaron muertas por ataques de las tropas hebreas, según fuentes del Ministerio de Sanidad gazatí. Israel reconoce sólo una de esas acciones y la justifica porque detectó movimientos sospechosos cerca de uno de sus puestos militares. «Si Hamás cree que será posible continuar el alto el fuego o disfrutar de las condiciones de la Fase Uno sin que nos entregue a los rehenes, está gravemente equivocado», advirtió Netanyahu.

Con el apoyo de EEUU, el Gobierno israelí ha cambiado sobre la marcha las condiciones del acuerdo alcanzado en enero. Además, quiere «garantías» sobre el desarme de la milicia palestina.

Tampoco han ayudado a rebajar la tensión las ceremonias de liberación de cautivos celebradas hasta ahora, en las que Hamás lanzó mensajes triunfalistas y proclamas contra Israel. El sábado, cuando ya se confirmó que no iba a comenzar la segunda fase del alto el fuego, la organización islamista difundió imágenes de un grupo de secuestrados israelíes en Gaza acompañados por este mensaje:«Sólo un acuerdo los devolverá con vida».

Mientras mediadores como Catar y Egipto tratan de reanudar el diálogo, Netanyahu carga contra Hamás, que «tiene el control de todos los suministros y bienes enviados a la Franja, se aprovecha de una población que intenta recibir alimentos y convierte la ayuda humanitaria en un presupuesto terrorista». El líder hebreo dijo que si la milicia palestina no acepta los nuevos términos del acuerdo, «habrá consecuencias». Tiene el apoyo incondicional de Trump, que aboga por el traslado de dos millones de gazatíes a otros países y por levantar en la Franja una red de hoteles de lujo.

Las negociaciones entre ambas partes se rompieron el viernes después de que la delegación israelí propusiera a los mediadores en El Cairo extender la actual fase para mantener los intercambios entre rehenes por prisioneros palestinos sin iniciar la segunda etapa de la tregua. Hamás calificó de «inaceptable» una propuesta que permitiría a Tel Aviv mantener sus tropas en el enclave y no decretar así el final de la guerra, tal y como recoge el pacto que firmaron en Doha (Catar) en enero.