Israel y Hamás mantienen su pulso mortal

Las calles de Gaza se vaciaron ante la intensidad de los bombardeos. A media tarde, tras conocer las primeras dos víctimas mortales en Israel, el primer ministro, Benyamin Netanyahu, evaluó la situación con el ministro de Defensa, Benny Gantz, y prometió «aumentar la intensidad y el ritmo» de los ataques. Gantz añadió que «por cada día que disparen contra nuestros ciudadanos, les haremos retroceder años».

Los militares hebreos informaron de que a lo largo de la jornada alcanzaron 150 objetivos y aseguraron que uno de los ataques acabó con la vida de Samah Abed al-Mamluk, el responsable de la unidad especial de cohetes de Yihad Islámica, facción palestina que combate junto a Hamás. Cuestionado por la muerte de civiles, entre ellos 10 niños, el portavoz militar, Hidai Zilberman, dijo que «es posible que civiles sean afectados» y acusó a Hamás de esconder sus lanzaderas de cohetes en zonas residenciales.

Entre los objetivos destruidos a lo largo de la Franja hay instalaciones para entrenamiento de milicianos, almacenes de cohetes, la casa de un comandante de Hamás y dos túneles. Según el Canal 12 en uno de estos últimos había 20 milicianos de Hamás y todos resultaron muertos. En opinión de Zilberman la operación puede durar «varios días». A la última hora de la tarde se tuvo también conocimiento de un ataque derrumbó un edificio de doce plantas en el que tienen oficinas varios altos mandos de Hamás.

Los islamistas han bautizado su iniciativa como 'Espada de Jerusalén' y el Estado judío la denomina 'Guardianes de los Muros'. El gran guardián de Israel cuando llueven los cohetes es el sistema de la Cúpula de Hierro, pero una de las baterías que protege Ashkelón sufrió un problema durante la tarde y fue en esa ventana en la que Hamás disparó una salva de 135 cohetes en apenas cinco minutos. Los islamistas amenazan con «nuevas sorpresas» en los próximos días. Pese a este problema técnico, el sistema antimisiles interceptó más del 90% de los proyectiles, indicó el también portavoz del Ejército Jonathan Conricus.

Hamás está al frente de la Franja desde hace más de una década y ya se ha enfrentado a tres grandes operaciones del Estado judío. La última fue en 2014 y más de 2.000 personas perdieron la vida, la mayoría civiles, según la ONU. Los islamistas se oponen a negociar un alto el fuego hasta que Israel retire sus fuerzas de la Explanada de la Mezquitas y de Sheikh Jarrah, barrio del este de Jerusalén en el que varias familias serán desalojadas y sus casas pasarán a manos de colonos.

Este desalojo, cuya decisión final se conocerá en un mes, está en el origen de esta espiral de violencia que ha ido creciendo desde el inicio del Ramadán y que se descontroló tras el doble asalto policial a la Explanada de las Mezquitas y la mezquita de Al-Aqsa, tercer lugar más sagrado para el Islam, que dejó cientos de heridos.