Israel sopesa desalojar el norte de Gaza y cortar la electricidad en La Franja para presionar a Hamás

Israel baraja trasladar de nuevo al sur a todos los palestinos reasentados en el norte de Gaza y cortar el suministro eléctrico en toda La Franja como medida de fuerza para que Hamás acepte prorrogar la primera fase del alto el fuego. Las dos decisiones formarían parte de un plan de «máxima presión» elaborado por el gabinete de Benjamín Netanyahu en las últimas semanas, según ha informado la emisora pública Kan. El mismo medio asegura que el Gobierno hebreo estaría dispuesto a reanudar la guerra en su pulso con la milicia, fortalecido por los equipos militares y las bombas pesadas que le suministra Estados Unidos.

La primera etapa de la tregua finalizó el sábado y los equipos negociadores de Israel y Hamás deberían encontrarse ahora estudiando la forma de implantar la segunda con la mediación de Egipto, Catar y EE UU. Sin embargo, Netanyahu ha propuesto ampliar la fase inicial durante varias semanas hasta que la milicia libere a todos los rehenes que todavía tiene en su poder. Este hecho le daría al primer ministro la ventaja de conseguir que todos los secuestrados regresen a casa sin necesidad de retirar a sus tropas de La Franja, tal y como establece el protocolo del alto el fuego.

El aumento gradual de la presión puede conducir a una situación insoportable para los palestinos de Gaza, que ya de por sí viven en condiciones deplorables que se han agudizado con la interrupción del abastecimiento de ayuda humanitaria. Israel ha cerrado la entrada a los convoyes como primera medida de fuerza y lleva al límite a una población castigada por el hambre.

El traslado hacia el sur obligaría a cientos de miles de gazatíes a abandonar los asentamientos recién recuperados y volver a un éxodo incierto hacia el hacinamiento en los campamentos próximos a Rafah. El corte del suministro eléctrico, además, obligaría a suspender los escasos servicios del territorio y dejaría a la precaria red sanitaria, diezmada tras más de un año de combates, dependiente de sus propios generadores.

La Unión Europea ha reclamado tanto al Gobierno hebreo como a la milicia que se reanuden de inmediato las conversaciones para fijar la segunda etapa de la tregua. Bruselas condena el rechazo de Hamás a aceptar la ampliación exigida por Netanyahu, pero también la orden del Gobierno de suspender la ayuda, que puede tener graves «consecuencias humanitarias». La Unión defiende un alto el fuego permanente , convencida de que es el único camino para la liberación de todos los rehenes y el comienzo de la reconstrucción de Gaza.

Benjamín Netanyahu puso fin en la mañana del domingo a la entrada en La Franja de camiones con suministros al grito de «no habrá comida gratis». La orden, según el Ejecutivo hebreo, es consecuencia de la negativa de Hamás a aceptar la prolongación de esta etapa de la tregua en los términos propuestos ahora por EE UU e Israel. El enviado especial de Donald Trump, Steve Witkoff, presentó un plan para extender esta fase hasta que concluyan el Ramadán y la Pascua judía, a mediados de abril. El primer ministro israelí ha asumido la propuesta, en la que volverían a casa los 59 cautivos aún en poder de los islamistas (34 de ellos probablemente muertos). La milicia, en cambio, exige el inicio de la segunda fase de la tregua según el programa inicial pactado hace algo más de seis semanas. Un portavoz palestino ha calificado el bloqueo de la ayuda como un «crimen de guerra», un «chantaje mezquino y una flagrante violación del acuerdo de tregua».

• Temas
• Hamás
• Israel