Rohaní amenaza a los soldados europeos en Oriente Próximo

El acuerdo nuclear está muy debilitado desde que Donald Trump lo abandonó de forma unilateral en 2018 y volvió a imponer sanciones a Irán. La falta de reacción del resto de firmantes para ayudarle a superar estos castigos llevó a la república islámica a adoptar una serie de pasos que la alejan de los parámetros acordados, pero hay otros que respeta como la supervisión por parte de los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). «El paso que deben tomar los europeos es volver a cumplir con sus compromisos», señaló Rohaní, quien dejó en el aire la presencia de los inspectores en caso de que Gran Bretaña, Francia y Alemania rompan el acuerdo. Una situación que significaría la vuelta a la era del presidente Mahmoud Ahmadineyad, que encendió todas las alarmas en Occidente sobre la posibilidad de que Irán se hiciera con la bomba atómica.

El ministro de Exteriores, Yavad Zarif, puso la pelota en el tejado de Bruselas, aseguró que el futuro del pacto «depende de Europa» y mostró sus dudas sobre un nuevo acuerdo con Trump, tal y como exige el magnate estadounidense, porque «¿cuánto durará?». El jefe de la diplomacia iraní también aludió a lo sucedido con el avión ucraniano y fue el primer dirigente en emplear la palabra «mentira» para referirse a la versión oficial del «fallo técnico» difundida por el régimen los tres primeros días.

La investigación sobre la noche del derribo del avión sigue abierta y el martes se realizaron las primeras detenciones. 'The New York Times' difundió un segundo vídeo sobre lo sucedido en el que se puede ver que fueron dos los misiles que impactaron en el Boeing 737 con apenas treinta segundos de diferencia. La Fiscalía General de Ucrania y el Servicio de Seguridad del país pidieron a la república islámica la entrega de las cajas negras para «asegurar la descodificación adecuada y preservar las pruebas» con el fin de esclarecer si el derribo fue un error o no.

El reconocimiento del derribo provocó una gran indignación en todo el país y desde el sábado se suceden las vigilias en recuerdo de los 176 fallecidos y las protestas contra las mentiras del régimen. Pese a que los mandos policiales pidieron «actuar con moderación» a sus agentes, Amnistía Internacional (AI) denunció el uso de pistolas de aire comprimido con perdigones, empleadas normalmente para caza, así como balas recubiertas de goma, gases lacrimógenos y gas pimienta para dispersar a los manifestantes. El director de investigación, Philip Luther, revisó imágenes de vídeo, fotos y recibió el testimonios de víctimas y testigos de los hechos. En opinión de Luther «es terrible que las fuerzas de seguridad de Irán hayan aplastado violentamente vigilias y protestas pacíficas».