"La Eurocopa será un cementerio"

«La Eurocopa será un cementerio». La amenaza es pronunciada por el yihadista francés Larossi Abballa, de 25 años, en el vídeo con el que reivindica el asesinato a cuchilladas de un matrimonio de policías el lunes en su domicilio a las afueras de París antes de ser abatido por las fuerzas de asalto. El doble crimen, asumido por el autoproclamado Estado Islámico (EI), es el primer ataque terrorista perpetrado en Francia contra agentes del orden fuera de servicio y de paisano en su intimidad familiar, una consigna impartida a los soldados del Califato para extender un clima de psicosis en su seno. El autor del atentado, fichado por los servicios de información, había salido de la cárcel en septiembre de 2013 tras pasar dos años y medio en prisión por yihadismo y en febrero su teléfono fue pinchado por un juez en un caso similar sin que se detectaran sus planes criminales.

El comandante de policía Jean-Baptiste Salvaing, de 42 años, jefe adjunto de la comisaría de Les Mureaux, al norte de Versalles, fue asesinado entre las ocho y las ocho y veinte de la tarde del lunes delante de la entrada de su domicilio en Magnanville, a medio centenar de kilómetros al oeste de París. Recibió nueve puñaladas en el abdomen asestadas por su agresor al grito de «Alá akbar» (Dios es grande), según los vecinos del barrio residencial de casas individuales con jardín donde vivía, que avisaron a las autoridades tras verlo vestido de paisano pedir socorro y desplomarse mortalmente herido en la calle.

Acto seguido el yihadista entró en la vivienda y secuestró a la esposa de la víctima, Jessica Schneider, de 36 años y también funcionaria de policía, y al hijo de la pareja, Mathieu, de 3 años y medio, antes de degollar a la mujer. Larossi Abballa se filmó en el domicilio de los policías asesinados mediante la aplicación Facebook Live, disponible en Francia desde finales de enero, que permite a los usuarios difundir en directo en su perfil vídeos grabados con teléfono móvil. Una vez el directo terminado, la filmación se transforma en vídeo clásico accesible en el perfil personal del autor en Facebook.

Cuenta de Mohamed Alí

En este caso la grabación, con una duración de trece minutos y quince segundos, fue colgada en una cuenta abierta a nombre de Mohamed Alí, el exboxeador estadounidense convertido al islam recientemente fallecido. Publicada a las 20.52 horas, fue enviada a un centenar de contactos. En ella se ven imágenes de los cadáveres de las víctimas y a su hijo en un sofá detrás del yihadista que dice: «no sé todavía lo que voy a hacer con él».

«Para la Eurocopa os reservamos otras sorpresas, no os digo más. La Eurocopa será un cementerio», amenaza antes de llamar a «que tiemble Francia». En concreto, apela a matar a policías, funcionarios de prisiones, media docena de periodistas que cita por su nombre e incluso imanes porque «han vendido a la religión, han traicionado a Alá y a su profeta» así como a los raperos por ser «aliados de Satán». También menciona a los diputados y alcaldes franceses pues es «fácil» ya que basta con «esperarlos delante de sus locales». «No vais a disfrutar de descanso, se os esperará delante de vuestras moradas», dice.

En un mensaje escrito emitido a la hora del doble crimen, el autor anuncia que «acabo de matar y el éxito se debe a Alá» a un matrimonio de policías en su domicilio. «Grito alto y fuerte mi lealtad al emir Abu Bakr al-Baghdadi y he respondido favorablemente al llamamiento del jeque Mohamed Al-Adnani», agrega. Se refiere a un largo mensaje sonoro difundido en setiembre de 2014 por Al Furqan, principal medio de comunicación del EI, en el que el considerado ministro de los atentados arengaba a atacar a «los soldados de los tiranos, sus fuerzas de policía y seguridad, sus servicios de información y sus colaboradores». «Si no podéis estallar una bomba o disparar una bala, arreglároslas para encontraros a solas con un infiel francéso americano y partirle el cráneo con una piedra, matadlo a cuchilladas, atropelladlo con un coche, arrojarlo desde un acantilado, envenenadlo», aleccionaba a los soldados del Califato.

En las conversaciones mantenidas con la policía antes del asalto de las fuerzas especiales, Abballa se presentó como musulmán practicante que cumplía el Ramadán y precisó que había jurado lealtad al comendador de los creyentes del EI hacía tres semanas. También amenazó con volar la casa con explosivos en caso de intervención policial. El diálogo fue breve ya que «estábamos ante un individuo que no tenía en absoluto la ambición de negociar y se encontraba en una lógica de enfrentamiento, de casi suicidio», declaró Jérôme Bonet, portavoz de la policía.

A las doce de la noche el RAID (los geo franceses) asaltó la vivienda, abatió al yihadista, encontró el cuerpo de la mujer con una herida abierta por arma blanca en el cuello y rescató sano y salvo al niño, pero profundamente conmocionado. Horas después, la agencia Amaq, órgano del EI, difundió que uno de sus combatientes había matado a la pareja de policías cerca de París. Más tarde emitió el vídeo reivindicativo.

Lista de objetivos

El fiscal jefe de París, François Molins, indicó que el asesino conocía la condición de policías de sus víctimas. La mujer trabajaba como secretaria administrativa en la comisaría de Mantes la Jolie, localidad donde residía Abballa. También aquí había trabajado su marido hasta ser destinado en 2014 a Les Mureaux. En el domicilio de las víctimas se encontraron tres cuchillos, uno ensangrentado encima de una mesa, tres teléfonos y una lista de objetivos como los nombrados en el vídeo del yihadista. En su coche, estacionado cerca del escenario del crimen, se encontró un Corán, una chilaba blanca y varios libros religiosos.

Molins confirmó que Abballa había sido condenado en 2013 a dos años y medio de prisión por su implicación en una trama de entrenamiento y envío de candidatos a la guerra santa desde Francia a las zonas tribales entre Pakistán y Afganistán. A comienzos de este año un juez antiterrorista ordenó pincharle el teléfono en el marco de un sumario relativo a una red de expatriación de combatientes hacia Siria. Las escuchas «no habían evidenciado el más mínimo elemento que permitiera detectar la preparación de pasar a la acción violenta ni podían justificar por tanto una detención», aseveró el fiscal.

Los investigadores tratan de determinar si Abballa pudo contar con complicidades en la preparación del atentado. Tres hombres de su entorno, de 27, 29 y 44 años, fueron detenidos. Uno de ellos figura entre los siete condenados con él en el juicio de 2013. En el registro del domicilio del yihadista no se encontraron armas ni explosivos. La documentación en papel y soporte informático intervenida es analizada por los especialistas en antiterrorismo.