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joana serra
Corresponsal. Berlín
Miércoles, 29 de diciembre 2021, 19:32
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha esquivado reiteradamente la pregunta de si Alemania se sumará al boicot diplomático a los Juegos de Invierno en China anunciado por Estados Unidos. Se escudó la primera vez que fue requerido a responder, dos días antes de ser investido ... en el cargo, con que no le correspondía hacerlo debido a sus responsabilidades gubernamentales. El 10 de diciembre, en su primera visita ya como canciller a París, respondió con evasivas a la misma cuestión mientras el presidente Emmanuel Macron ponía en duda la efectividad de un boicot.
Dos ministras de Scholz, la de Exteriores y la Interior, sí se han pronunciado. «Soy una gran aficionada al deportes. Pero definitivamente no voy a ir a estos Juegos», afirmó Annalena Baerbock, jefa de la diplomacia alemana y líder de Los Verdes, exgimnasta profesional y con tres bronces nacionales en trampolín.
Tampoco acudirá a los Juegos la titular de Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, en cuyas competencias entra Deportes. La situación de la pandemia impide ese desplazamiento, explicó un portavoz de su ministerio.
La decision de Baerbock es a título personal y no crea mayor problema de protocolo, puesto que no es tarea intrínseca a su cargo representar a Alemania en este tipo de eventos. A Faeser sí le correspondería acudir a China en razón de su cargo y representando a su correligionario Scholz. O, llegado el caso, delegar en un secretario de Estado.
Desde que Estados Unidos anunció su boicot, fundamentado en la situación de los Derechos Humanos en China, se espera un pronunciamiento del Gobierno alemán en consonancia con la de su gran aliado transatlántico. Baerbock, la primera mujer al frente de Exteriores en Alemania, ha mostrado ya cierta impaciencia por dar un acento propio a su cargo. Especialmente en lo que respecta a China y Rusia. Al asumir su puesto avanzó su propósito de marcar líneas más claras en materia de derechos humanos que los anteriores ejecutivos de Angela Merkel, tan defensora de los «puentes de diálogo» como de los intereses económicos.
Ya ahí se recordó a Baerbock, desde el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz, que no le corresponde a ella marcar las líneas maestras de la política exterior alemana. Eso compete directamente al canciller, no a su jefe de la diplomacia.
La posición alemana no estará clara mientras Scholz siga esquivando la c uestión.La buena salud del eje transatlántico es una de las prioridades tradicionales de la política exterior alemana. No solo ahora, con Joe Biden en la presidencia, sino también en tiempos complejos, como cuando fue Donald Trump quien ocupó la Casa Blanca y le correspondió a Merkel limar asperezas, tanto formales como de contenidos o intereses económicos.
Pero aún más fuerte es el eje franco-alemán. Berlín puede tantear un boicot diplomático con otros socios europeos. Sin embargo,Scholz tendrá complicado sumarse mientras Macron cuestione la «eficiencia» de un boicot.
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