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Corresponsal. París
Miércoles, 29 de diciembre 2021, 21:01
A menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales en Francia, el clima de la campaña electoral se ha visto enrarecido por los insultos y las amenazas contra varios políticos franceses y por la difusión en las redes sociales de un bulo contra la 'primera ... dama', Brigitte Macron. A esto habría que sumar las escenas de violencia en el primer mitin del candidato de extrema derecha Éric Zemmour.
La aspirante ultraderechista Marine Le Pen presentó el día de Nochebuena una denuncia después de que alguien escribiera delante de su domicilio en Celle Saint-Cloud (norte de Francia) injurias contra ella y un mensaje de apoyo a Zemmour (Z 2022). Otros políticos de izquierda, como la diputada ecologista Sandrine Rousseau y Adrien Quatennens, diputado de La Francia Insumisa (el equivalente de Podemos en Francia), también recibieron en los últimos días visitas de simpatizantes extremistas.
«Esta noche militantes de Zemmour han aporreado mi puerta y pegado octavillas. Se ha dado un paso más en la negación de la democracia. Estas intimidaciones aumentan mi energía para pronunciar discursos ecologistas, sociales, feministas y antirracistas», escribió hace unos días en Twitter Rousseau. Varios desconocidos llamaron al timbre y pegaron pegatinas con el rostro de Zemmour en la puerta de su domicilio en Lille.
'Fakes'. La 'primera dama' ha puesto una denuncia por una noticia falsa que le atribuye haberse sometido a un cambio de sexo
La excandidata a las primarias ecologistas explicó que desde hace meses recibe amenazas e insultos por correo y en las redes sociales. Y denunció el silencio del presidente, Emmanuel Macron, sobre las amenazas contra varios políticos de izquierda. Unos desconocidos también cubrieron de pegatinas con la foto de Zemmour la sede parlamentaria en Lille de Quatennens. «Cada día un poco más. Stop», escribió el diputado izquierdista en Twitter.
Zemmour condenó el 22 de noviembre los videos de militantes de extrema derecha publicados en las redes sociales en los que supuestos simpatizantes suyos simulaban disparar con una carabina contra Macron y dos políticos de La Francia Insumisa, Alexis Corbière y Raquel Garrido. «Ustedes no forman parte de mis simpatizantes ni mis militantes y menos aún de mis amigos», escribió en un comunicado Zemmour. «No quiero ni vuestro apoyo ni vuestra ayuda», añadió el candidato, quien consideró que los protagonistas de los vídeos eran «un miserable puñado de idiotas» haciendo «un espectáculo lamentable».
«La extrema derecha está ya sin freno y generaliza la intimidación violenta de sus adversarios», condenó el grupo parlamentario de La Francia Insumisa, quien denunció «la falta de reacción de las autoridades políticas frente a este odio y esta violencia».
Brigitte Macron, esposa del presidente Emmanuel Macron, también ha puesto una denuncia después de ser víctima de una noticia falsa en las redes sociales. En Twitter mensajes con el hashtag #JeanMichelTrogneux han difundido el bulo de que la primera dama francesa es en realidad una mujer trans, que antes de cambiar de sexo se llamaba Jean Michel Trogneux y que no es la madre de sus hijos. Trogneux es su apellido de soltera.
El diario 'Le Monde' asegura que hay un miedo a la «trumpización» del debate político en Francia. Y considera que el rumor sobre Brigitte Macron hace temer que las próximas elecciones presidenciales puedan verse plagadas de «teorías de la conspiración vergonzosas». Cabe recordar también la bofetada que el presidente recibió de un ciudadano en junio cuando caminaba por una localidad del sur para interesarse por la situación de la población debido al coronavirus. Macron llamó más tarde al «respeto» para «proteger la democracia», ya en unos primeros compases preelectorales teñidos de tensión política y de la presión en la calle de los movimientos ultraradicales.
Además de amenazas, bulos e insultos en las redes sociales, también ha habido dosis de violencia en la campaña electoral. Durante el primer mitin de Zemmour, simpatizantes del candidato ultraderechista insultaron y golpearon a miembros de la ONG antirracista SOS Racisme, que gritaron en el mitin «no al racismo». Varios miembros de esta asociación resultaron heridos. Algunos de los agresores eran miembros del grupo neonazi Zouaves Paris, que el Gobierno francés quiere disolver.
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