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Iñigo Gurruchaga
Londres
Jueves, 24 de octubre 2019, 18:25
El Gobierno de Boris Johnson presentará el lunes en el Parlamento una moción en la que ofrecerá a los diputados más tiempo para debatir el proyecto de ley que traduce el Acuerdo de Retirada de la Unión Europea, pactado con el Consejo Europeo hace ... una semana, si aceptan la celebración de elecciones generales el 12 diciembre.
Según una ley introducida por el Ejecutivo de coalición entre conservadores y liberal-demócratas que presidió David Cameron, para interrumpir el mandato fijo de cinco años al menos dos tercios de los escaños deben respaldar la convocatoria. Johnson necesita el apoyo de diputados laboristas para alcanzar ese umbral.
La propuesta de Johnson intenta reparar la situación creada el martes, cuando una mayoría de la Cámara de los Comunes dio su visto bueno a la tramitación del proyecto de ley del Acuerdo, pero rechazó el calendario propuesto por el Gobierno para su debate y votación, que era de menos de 48 horas.
'No' laborista, de momento. Al menos dos tercios de los escaños deben apoyar su propuesta. Necesitará el respaldo de opositores
El líder conservador retiró el proyecto de ley tras el rechazo del calendario draconiano de tramitación, describiendo su acto como una pausa. Según los medios británicos, se han abierto divisiones en el entorno del primer ministro entre quienes eran partidarios de extender los días dedicados al escrutino del Acuerdo y quienes quieren forzar una elección.
Las vías mencionadas para forzar unas elecciones son dos. La primera, que el Gobierno presente en el Parlamento una moción de censura contra sí mismo. A la comicidad del empeño se añade el riesgo de que una victoria desemboque en la formación de un Gobierno provisional por la alianza de la oposición y de que Johnson sea desbancado.
La segunda opción es presentar un proyecto de ley que anule la introducida por Cameron fijando los mandatos en cinco años. Ese proyecto de ley sería breve, porque dictaría simplemente que el Parlamento se disuelve para iniciar una campaña electoral. Pero es dudoso que obtuviese una mayoría y podría ser enmendado.
Johnson ofrece ahora una síntesis a las supuestas divisiones internas y propone que el proyecto de ley del Acuerdo se debata hasta el 5 de noviembre si la mayoría necesaria de diputados apoya la convocatoria de unas elecciones. En caso de que su oferta no sea aceptada, insistiría una y otra vez en la necesidad de elecciones, según sus portavoces.
El Consejo Europeo responderá este viernes a la petición de que extienda el plazo del 'brexit', previsto para el 31 de octubre, hasta el 31 de enero de 2020. En Londres se espera una decisión mixta, que contemple un plazo hasta el 15 de noviembre, ampliable al 31 de enero en caso de que el Acuerdo no haya sido ratificado.
Johnson quiere evitar unas elecciones sin haber consumado la marcha de la UE por temor a que el voto al Partido del 'brexit', de Nigel Farage, aumente y le prive de una victoria en las urnas. Las tensiones sociales son llamativas. Más del 70% de los partidarios de la marcha consideran que la violencia contra los diputados es un precio a pagar para lograr el 'brexit'. Y también hay mayoría, más exigua, para evitarlo, según un sondeo de la Universidad de Cardiff.
El Partido Laborista adelantó que no votará en favor de las elecciones. El triunfo del plan de Johnson dependería de que unos noventa diputados laboristas desobedezcan el lunes las directrices de su líder, Jeremy Corbyn, que condiciona las elecciones a que el Gobierno descarte una marcha sin acuerdo.
Esa exigencia puede significar que permitiría un voto favorable a los comicios el 1 de noviembre. Pero la relación futura con la UE contemplada en la Declaración Política anexa al Acuerdo, con divergencia de regulaciones y aranceles, dificulta la negociación. Parece improbable que los problemas que plantea a la UE se resuelvan en catorce meses.
La posibilidad de una marcha sin acuerdo se prolongará hasta el final de 2020, cuando termina teóricamente el período de transición. O a 2022, cuando se agotaría el tiempo suplementario de negociación, en caso de que no ofrezca horizonte de acuerdo en junio del año que viene.
La última jugada de Boris Johnson, esa propuesta de adelanto electoral, no pilla por sorpresa en una Bruselas que le venía reclamando insistentemente desde el sábado que aportara claridad sobre sus «próximos pasos». Ahora la UE tiene ya un 'supuesto' muy probable con el que trabajar a la hora de decidir sobre la prórroga del Brexit. Y este viernes estará muy presente en un nuevo Coreper (como se conoce aquí a la reunión de los embajadores de los Estados miembros). Será el segundo en 48 horas. Está previsto que arranque a las diez de la mañana y que asista otra vez el negociador Michel Barnier.
El anterior, celebrado la tarde noche del miércoles, se prolongó durante más de hora y media y fue el primero en el que se intentó buscar consenso para determinar el nuevo margen de gracia que se dará a Reino Unido. La referencia continúa siendo la misma, el 31 de enero de 2020 (lo requerido por Johnson apretado por Westminster), tres meses más. Y la fórmula, defendida por Donald Tusk, apoyada por líderes como Leo Varadkar y por el propio Parlamento, flexible: 31 de enero como tope, pero si se completan antes los procedimientos de validación del acuerdo tanto en Londres como en la Eurocámara, pues antes.
Algo que parece complicado. Pero que está ahí. La prórroga podría ser anunciada formalmente este viernes por el presidente del Consejo Europeo si existe unanimidad entre los Veintisiete. De entrada, el adelanto electoral ya constituye «una justificación» para países como Francia, que públicamente sostiene un discurso remiso a la 'extensión' automática de esos tres meses. En lo que sí parece que hay gran consenso es en el procedimiento escrito, la herramienta rápida de confirmación que evitaría convocar a los líderes a una cumbre de urgencia la próxima semana.
Si Johnson se sale con la suya y va a elecciones, la fecha que baraja, el 12 de diciembre, volverá a vaciar de interés (una vez más) otros asuntos de la agenda comunitaria. Y es que para ese jueves y el viernes está programada la última reunión de jefes de Estado y de gobierno del año en la capital comunitaria.
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