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beatriz juez
Corresponsal en París
Lunes, 3 de enero 2022, 19:01
Los alumnos franceses regresaron este lunes a clase tras dos semanas de vacaciones. Vuelven con un protocolo sanitario reforzado, pese al temor de muchos padres y profesores a que se disparen aún más los contagios en las aulas en plena oleada de ómicron, la variante ... más contagiosa de la covid-19.
«Una escuela abierta con condiciones sanitaras reforzadas», prometió en Twitter el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, quien presentó las nuevas reglas de diagnóstico y aislamiento por coronavirus. El objetivo del Gobierno parece claro. «Proteger a todos los alumnos y adultos y garantizar una educación para todos», según rezaba la web del ministerio. Para lograrlo, quieren «hacer más test para evitar el cierre de clases».
A partir de ahora, si un alumno o profesor da positivo por covid-19, no podrá regresar a clase y deberá aislarse durante un periodo de cinco o siete días, dependiendo de si tiene la pauta completa o no está vacunado. Para regresar al colegio o instituto debe presentar una prueba negativa. Si hay un caso positivo en una clase, los otros alumnos que son contactos deberán hacer tres pruebas (una PCR o test de antígenos y dos autotest) en cuatro días para ver la evolución. Eso sí, el primer test negativo les permitirá regresar a clase.
«Lo que cambia, es que, a partir de ahora, cuando la familia haga el primer test, recibirá en la farmacia dos autotest gratuitos para que los alumnos se hagan el test de nuevo en casa dos días y cuatro días después del primer test. Los padres deberán certificar por escrito que han hecho los test y que son negativos«, explicó Blanquer.
La decisión del presidente Emmanuel Macron de mantener la vuelta al colegio este 3 de enero y no retrasarla, como han hecho otros países por la oleada de contagios por la variante ómicron es, según Blanquer, «coherente» con lo que el Gobierno francés ha hecho desde el inicio de esta crisis sanitaria. «Los niños son la prioridad de las prioridades. La escuela es fundamental para los niños», recordó el ministro de Educación en una entrevista en televisión. Criticas sindicales
«El Gobierno ha elegido dar prioridad a la economía sobre la salud y ha hecho totalmente suya la doctrina de Jean-Michel Blanquer de una 'escuela abierta' en cualesquiera condiciones, a pesar de su papel motor en la circulación de la epidemia y con una variante extremadamente contagiosa», criticó el sindicato de profesores de enseñanza primaria SNUipp-FSU.
Al menos un tercio de los profesores franceses se contaminará o será caso contacto durante el mes de enero, predijo hace unos días el Consejo Científico. Los padres temen que, dado la alta contagiosidad de la variante ómicron, esto se traduzca en una ausencia de profesores en los centros y la dificultad de encontrar sustitutos para dar clase.
Macron apostó por reabrir de forma gradual los colegios e institutos en mayo de 2020, tras dos meses de confinamiento estricto. Solo los centros escolares volvieron a cerrar sus puertas durante tres semanas en abril de 2021. Francia es uno de los países que más tiempo ha mantenido abierto los colegios durante la pandemia. Los niños franceses mayores de cinco años pueden vacunarse contra el covid-19.
Por otro lado, el ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, defendió este lunes en la Asamblea Nacional el proyecto de ley para que el certificado covid sólo sea válido para las personas vacunadas. Recordó que el objetivo de este proyecto de ley «no es restringir las libertades individuales de los franceses, sino salvar vidas».
Jean-Luc Mélenchon, candidato presidencial de La Francia Insumisa (el Podemos francés), se mostró durante este debate en contra de dar dicho certificado solo a vacunados, al considerar que es «100% ineficaz». «Esta vacuna es una raqueta agujereada», opinó. Por su parte, Paul Molac, diputado del grupo parlamentario Libertades y Territorios, consideró que este proyecto de ley es, en realidad, «una vacunación obligatoria disfrazada».
Si dicho texto es aprobado por las dos cámaras, a partir del 15 de enero los franceses no vacunados no podrán acceder a cines, teatros, museos, monumentos, bares, cafés, gimnasios y trenes, ya que en ellos se exigirá el certificado covid para entrar.
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