May pide prórroga hasta el 30 de junio

La carta de May el 20 de marzo pedía al Consejo una extensión hasta el 30 de junio para tramitar la legislación necesaria una vez que el Acuerdo de Salida fuese aprobado por el Parlamento británico. El Consejo rechazó la solicitud y fijó su calendario. Si el Parlamento aprobaba el Acuerdo, la prórroga sería hasta el 22 de mayo; si no lo aprobaba, hasta el 12 de abril.

La Cámara de los Comunes rechazó el 29 de marzo por tercera vez el Acuerdo de Salida y ahora May escribe a Tusk para explicarle que ha emprendido negociaciones con la oposición laborista. Añade que ha extendido también «una invitación abierta a miembros del Parlamento, en un sentido más amplio, a trabajar» con la primera ministra «para lograr un consenso».

May insiste después en su determinación para obtener la ratificación del Acuerdo de Salida, en un proceso de diálogo con la oposición y con parlamentarios sobre «la estructura de la futura relación», que se bosqueja en una Declaración Política anexa al Acuerdo. Para completar la negociación y la legislación posterior requiere de nuevo un plazo hasta el 30 de junio.

Pero la primera ministra explica a Tusk que su intención es que el acuerdo sobre 'brexit' tenga lugar antes del 23 de mayo, de tal modo que Reino Unido no participe en las elecciones europeas. El Gobierno británico iniciará la preparación de unas elecciones que espera cancelar antes del voto, y propone ultimar la negociación del 'brexit' cuando los políticos de la Unión Europea (UE) estén en campaña electoral o en proceso de recomposición de las instituciones tras las elecciones.

La carta de May despide un aroma de incredulidad. Quizás sabe que no le darán la prórroga que solicita y las negociaciones con tema único y las 'invitaciones abiertas' a parlamentarios solo sirven para justificar la solicitud y evitar la marcha abrupta. Las dos partes en la negociación- dos horas con líderes, cuatro a nivel ministerial y este viernes por correspondencia- ofrecen versiones incompatibles sobre lo que está ocurriendo.

El negociador laborista, Keir Starmer, afirma que el Gobierno «no está proponiendo ningún cambio al acuerdo». «En particular», ha añadido, «no acepta ningún cambio en la redacción de la declaración política». Una hora y media después, Downing Street afirmaba: «Hemos presentado propuestas serias esta semana y estamos dispuestos a buscar cambios a la declaración política aceptables para ambas partes».

Los representantes de May habrían insistido en que los laboristas tiene que votar en favor del Acuerdo de Salida, porque su controvertida salvaguardia irlandesa ya contiene una unión aduanera. Sería temporal y los laboristas la quieren permanente. Ni Gobierno ni laboristas parecen objetivamente interesados en arriesgar en el espectro de dilemas del 'brexit' antes de conocer los plazos de los que disponen. Y es demasiado tarde para evitar una expulsión de la UE si el Consejo Europeo la quiere.

La carta de May a Tusk crea más incertidumbre sobre la viabilidad del proyecto de ley aprobado por los Comunes el miércoles, en el que se obliga a May a solicitar una prórroga. Está siendo tramitado por la Cámara de los Lores. Tras una larga sesión de filibusterismo por el grupo conservador, se pactó un calendario para aprobarlo el lunes. No fija fechas para la prórroga y May ya ha rellenado la casilla.