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Darío Menor
Sábado, 29 de enero 2022, 14:35
Tras siete votaciones infructuosas, en las que ningún candidato alcanzó el quorum previsto para convertirse en el nuevo presidente de la República italiana, en la moción de esta tarde en el Parlamento de Roma los partidos políticos tuvieron que recurrir al jefe del Estado saliente, ... Sergio Mattarella, que logró 759 papeletas, el segundo resultado más alto en la historia del país tras las Segunda Guerra Mundial. Aunque había dicho tanto en público como en privado que, a sus 80 años, no quería seguir en el Palacio del Quirinal, donde tiene su sede la Presidencia de la República, Mattarella se dejó convencer este sábado ante la incapacidad de las fuerzas políticas para ponerse de acuerdo a la hora de elegir a otra persona para que le sucediera.
En la moción celebrada por la mañana ya fue el más votado, al lograr 387 papeletas, y eso que se abstuvieron o votaron en blanco los electores del Partido Democrático (centroizquierda) y del transversal Movimiento 5 Estrellas. Una vez confirmado el apoyo de estos dos grupos en el próximo escrutinio tras el acuerdo entre las fuerzas políticas, Mattarella superó ampliamente los 505 votos que suponen la mayoría absoluta y marcaban el quorum necesario para que hubiera 'fumata blanca'.
El actual primer ministro, Mario Draghi, que era uno de los grandes favoritos para convertirse en el nuevo inquilino del Palacio del Quirinal, ejerció de mediador para llevar a cabo esta estrategia que garantiza además la estabilidad institucional en Italia. Al repetir el jefe del Estado Draghi continúa al frente del Gobierno hasta el año que viene, cuando concluye la actual legislatura. Aunque queda todavía por ver cuánto tiempo durará el 'bis' de Mattarella, es probable que solo acceda a permanecer en el cargo unos pocos años. Es lo que ya hizo su antecesor, Giorgio Napolitano, que accedió a un nuevo mandato en 2013 ante la incapacidad de los partidos para nombrar su sucesor, pero limitándolo a menos de dos años.
En el caso de que acceda a una prórroga limitada en el tiempo, Mattarella le brindaría a Draghi el tiempo suficiente para que se libere de sus responsabilidades como jefe del Ejecutivo y ya en la próxima elección presidencial pueda ser designado jefe del Estado. Con esta maniobra, el expresidente del Banco Central Europeo le hace además caso a los grandes inversores internacionales, que temían que su nombramiento ahora como sucesor de Mattarella dejara un agujero en el Gobierno que acabara provocando una crisis política. Era un escenario posible y considerado como muy peligroso en una situación como la actual, con la pandemia del coronavirus todavía golpeando el país y la llegada del 'maná' de los fondos de recuperación europeos.
En el acuerdo para lograr un 'bis' de Mattarella ha sido determinante el cambio de postura del secretario general de la Liga, Matteo Salvini, líder del bloque conservador, del que también forman parte Hermanos de Italia y Forza Italia. «Hay una parte del Parlamento que no quiere lograr un acuerdo, así que las cosas se quedan como están: Draghi sigue como primer ministro y Mattarella como presidente», reconoció Salvini este sábado en los pasillos del Parlamento. La reelección del jefe del Estado, en cambio, supone un revés para Giorgia Meloni, la líder de Hermanos de Italia. Ante las magníficas expectativas de voto que le vaticinan los sondeos, Meloni esperaba que Draghi fuera elegido presidente para que dejara el Gobierno y se tuvieran que convocar elecciones anticipadas.
Los electores de Hermanos de Italia fueron de los pocos que no apoyaron en la moción de esta tarde el 'bis' de Mattarella, que según Meloni «no responde a los intereses» del país y sí a los «más bajos cálculos de oportunidad».
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