El pasaporte covid francés limitado a vacunados supera el primer escollo parlamentario

La diputada y candidata de la extrema derecha, Marine Le Pen votó en contra. La líder de Reagrupación Nacional (exFrente Nacional) prometió que si en abril es elegida presidenta suprimirá la restricción porque, según ella, «es ineficaz, inútil y liberticida» y convierte a los no inoculados en «ciudadanos de segunda clase». Los diputados del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa (el equivalente de Podemos en Francia) también rechazaron este proyecto de ley al estimar que atenta contra las libertades.

Tras su aprobación en la Asamblea Nacional, ahora le toca al Senado de examinar el texto. Luego regresará a la Cámara baja para su visto bueno definitivo. A pesar de que el primer ministro, Jean Castex, confía en el que entre en vigor el 15 de este mes, tal y como estaba previsto inicialmente, lo más probable es que se retrase unos días, dado el apretado calendario parlamentario.

Una vez instaurado, los franceses no vacunados mayores de 12 años tendrán vetada a la entrada a bares, restaurantes, gimnasios, cines, teatros y trenes interregionales, entre otros lugares públicos. Actualmente pueden acceder a esos espacios presentando una PCR o un test de antígenos negativo de menos de veinticuatro horas.

Los debates en la Asamblea Nacional fueron largos y tensos, ya que los diputados introdujeron seiscientas enmiendas al texto. Al menos dos representantes favorables al pasaporte de vacunación recibieron amenazas de muerte. «Pienso seriamente en decapitarte», escribió en un e-mail un desconocido a la diputada Agnès Firmin-Le Bodo, miembro de Horizons, el nuevo partido del ex primer ministro Édouard Philippe. Y a la diputada moderada Blandine Brocard la advirtieron en dos mensajes anónimos de que podría recibir dos tiros.